El servicio de Urgencias del Mateu Orfila vivió un jueves muy complicado que incluyó la presentación de un mínimo de tres reclamaciones por parte de los pacientes debido a la atención recibida.
Testigos presenciales aseguran que una mujer con fiebre que había llegado a las 11 de la mañana aún no había sido visitada a las 19.40.
Hubo más casos de personas que pasaron ocho horas de espera antes de entra al box, pero también hubo quien se cansó de esperar y tras cinco horas de espera sin resultado optaron por regresar a sus domicilios.
Toda esta tensión provocó que algunas de las personas que estaban en la sala de espera protestaran airadamente ante el personal sanitario.
Cabe reseñar que en las últimas semanas los casos de gripe se han disparado en la Isla y algunos afectados han acudido en estos días a Urgencias para ser tratados colapsando en alguna ocasión este servicio. También cabe recordar que Urgencias hace una selección de los pacientes según la gravedad de su dolencia y por ello hay personas a las que se les atiende en seguida mientras que otras deben esperar mucho más.
La culpa es de la gente que no sabe para qué sirve el servicio de urgencias ni qué es el sistema de traje. Una visita al servicio que no sea urgencia ni emergencia vital tardará en ser atendida al menos 4 horas. Sí. Eso es una regla. No es la sanidad balear ni la española el problema… El sistema fue diseñado así.
Por otro lado, que sepan que más de la mitad del servicio sanitario no tiene ningún B2 de catalán, así que, como avance esa ridiculez habrá menos gente en urgencias para atender pacientes…
el sistema no lo hemos diseñado los trabajadores de urgencias , hay protocolos , obedecemos ordenes aunque sean en catalan,que los usuarios protesten , pero no tiene facil arreglo , la fiebre no es una urgencia,el triaje esta para seleccionar la gravedad de las cosas en funcion de varios parametros y del sentido comun,el catalan aqui no es una variable de peso,asi que siento la espera de la gente pero todavia tenemos buenos profesionales en urgencias, a pesar de la imposicion dictatorial del catalan.