En las conclusiones del trabajo que realizó el departamento que se gestó en el Institut Menorquí d’Estudis, en el apartado de modelo energético ya se apuntaba que era prioritario recuperar la conexión eléctrica con Mallorca. Pero el documento expresaba una hoja de ruta que miraba hacia delante con el objetivo de la descarbonización, es decir, ir sustituyendo combustibles fósiles finitos en energías limpias y que permitieran a Menorca no depender de estar tan conectados con suministros del exterior.
Las capacidades de autoabastecimiento de la isla se limitan al aprovechamiento de los recursos propios. En las últimas décadas, según apunta el coordinador de las DEM Jesús Cardona, el uso de la energía ha sido poco eficiente.
Y el aprovechamiento de la energía del sol, del viento e incluso de la biomasa ha supuesto un porcentaje ínfimo. Con el avance de las tecnologías en este campo no se podría sustituir del todo el nivel de consumo actual pero sí se podría conseguir un porcentaje importante que, al mismo tiempo que evita una inversión en combustibles/energía de fuera de la isla, ofrecería un uso más eficiente, respetuoso con el medio y -además- este uso sería gestionado desde la propia isla permitiendo una cierta independencia energética.
El marco de las políticas europeas apuntan a un cambio en el modelo de generación de energía y Menorca apenas ha empezado a planteárselo ahora.