La idea es que el usuario tenga la capacidad suficiente como para detectar las ‘fake news’ y puedan evitar ser manipulados.
El documento lo ha redactado el Centro Criptológico Nacional y ofrece una serie de consejos para las “víctimas de las guerras de comunicación”, los usuarios de los medios digitales.
Así, una de las medidas que debe adoptar el usuario es la de analizar la fuente de la que provienen las noticias y estar alerta cuando se trata de “pantallazos sin enlaces a la información concreta”.
Otro aspecto importante es el perfil de quien difunde la información, que puede ser falso o de contenidos “patrocinados” e “invitados estrella” (aquellos que apoyan una causa con la que no tienen relación alguna “aparente” pero a quienes por agenda política o económica les conviene participar).
La clave, según el Centro Criptológico, es el “respeto, el pensamiento crítico y evitar crear espirales de odio y descalificación pero también, no difundir informaciones no contrastadas o de dudosa trazabilidad y procedencia”.
Obligaciones del Estado: Prevenir, detectar y neutralizar la desinformación generada contra él
La guía del CNI indica que el Estado tiene la obligación de “prevenir, detectar y neutralizar” las ofensivas de desinformación que se generen contra él así como las empresas privadas deberían impedir que se utilicen sus plataformas para hacer campañas maliciosas contra “los ciudadanos y los sistemas de gobierno legítimos”.
En el documento se revela también que España sufre tres ataques diarios sobre instalaciones que deben catalogarse de peligrosidad “crítica o muy alta”, algunos de ellos de otros Estados. Estos ataques son tanto sobre sistemas informáticos como sobre la opinión pública –a fin de alterarla mediante campañas de desinformación-.
El objetivo de estas campañas de desinformación es quebrar la confianza del ciudadano hacia sus instituciones y sus medios de comunicación tradicionales.
