El caso de los ERE de Andalucía ha salpicado sin quererlo a Menorca, sujeto pasivo de una historia que se ha conocido a través del último auto que ha hecho público la juez Mercedes Alaya.
En este escrito se revela que Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo, concedía las subvenciones a amigos o afines, y en ocasiones cantidades millonarias, a cambio de dádivas como un viaje a la Isla para él y su mujer.
Guerrero es uno de los principales imputados en la causa.
La investigación ha llegado hasta cooperativas de aceite, jamones o embutidos, restaurantes, gasolineras, hoteles rurales o constructoras de la zona de la Sierra Norte de Sevilla, que se beneficiaban de grandes ayudas directas del fondo de los ERE.
Todas estas subvenciones que están siendo investigadas por la Juez y la Guardia Civil tienen el denominador común de que se concedieron sin mediar solicitud, ni documentación justificativa.
El nombre de Menorca, a raíz de este caso, aparece en casi todos los medios de comunicación nacionales que están siguiendo de forma detallada la investigación.