El titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León con sede en Valladolid ha estimado el recurso presentado por Iñaki Urdangarin Liebaert y le autoriza a realizar dos salidas a la semana de la prisión de mujeres de Brieva (Ávila) para desarrollar un programa de voluntariado en una institución religiosa en Madrid, según adelanta El Norte de Castilla.
Las salidas tendrán un máximo de ocho horas al día, para trabajar con personas discapacitadas.
El preso, que está todavía en segundo grado penitenciario, se justifica en que “la actividad en el exterior es más que positiva para reducir o eliminar la desocialización y deshumanización, la destrucción del individuo que conlleva la soledad absuluta a la que se le ha sometido, lo cual conecta con algo esencial en cualquier programa de tratamiento, fomentar la autoestima”.
Según informan fuentes judiciales, se pretende evitar con esta medida los “efectos nocivos del absoluto aislamiento” al que el reo está sometido, a pesar de estar en régimen de segundo grado.