En el callejón des Muret, en la terraza superior del Centro de Salud Verge del Toro, en la Base Naval y en Sa Colàrsega. Estos son los cuatro lugares del puerto de Maó en los que la Autoridad Portuaria de Baleares ha instalado estaciones de medida de la calidad del aire que señalan la emisión de gases y partículas a la atmósfera y la generación de ruido con el objetivo de estudiar el impacto ambiental provocado por la actividad portuaria en el aire.
En total ya se han instalado 25 estaciones en los puertos que gestiona la APB en las islas: Palma, Maó, Alcúdia, Eivissa y La Savina.
Conocida como SmartSensPORT, esta red nace del acuerdo entre la APB y la Universitat de les Illes Balears (UIB) por la que la Fundació Universitat Empresa se ha encargado de realizar el estudio técnico para la instalación de estos aparatos de medida en los puertos. El objetivo, analizar los datos obtenidos y proporcionar una valoración sobre la correlación entre la actividad portuaria y la contaminación ambiental de la zona a través de la monitorización temporal del nivel de ruido, la concentración de partículas y la concentración de gases.
La información obtenida a través de estos sensores es enviada a un panel de control publicado en la web de la APB, que se actualiza cada hora y en el que se representan los valores medios de los parámetros en cada uno de los puertos, recogidos por las 25 estaciones colocadas en los puertos de interés general.
El informe ambiental de ESPO (Organización Europea de Puertos Marítimos) para 2018 muestra que la calidad del aire sigue siendo la principal prioridad de los puertos europeos. Por esto la APB lleva trabajando intensamente desde el año 2016 para conocer cuál es el nivel de la calidad del aire de sus puertos así como la posible implicación de la actividad portuaria, en alineación con la Política Ambiental de la APB.
La implantación de las estaciones medidoras se ha hecho siguiendo el informe técnico elaborado en septiembre de 2016 por el Grupo de Trabajo Smart Destination de la UIB, si bien se han realizado algunos cambios con respecto a su propuesta inicial, bien por haberse producido cambios físicos en los escenarios en los últimos años o bien con el objetivo de agilizar los trámites en el proceso de instalación de las estaciones.
Tras una primera implantación piloto en el puerto de Palma en 2017 de ocho estaciones medidoras, en esta nueva fase se han colocado además seis estaciones medidoras en el puerto de Eivissa, cuatro en los puertos de Maó y Alcúdia, y tres en la Savina, hasta el total de 25 puntos.
La ubicación de las estaciones medidoras se ha decidido estimando los modelos de dispersión de las emisiones de gases desde los buques, el perfil topográfico de la zona portuaria, la densidad de la población residente según los patrones municipales y la existencia de otras estaciones meteorológicas de medida de contaminación, ya existentes y ajenas a la APB.
Por esto algunas estaciones se han colocado fuera de la zona de servicio del puerto, teniendo en cuenta la distribución de la población en las áreas de influencia de la actividad portuaria, pues los niveles de contaminantes tendrían una repercusión más elevada si la población potencialmente afectada es mayor, “puesto que el objetivo principal es conocer en qué medida afecta la actividad portuaria a su población más cercana”, apunta Jorge Martín, jefe de Calidad, Medio Ambiente, Innovación y RSC de la APB.
También se han tenido en cuenta la orografía y la altura de los edificios cercanos al puerto, que actúan de barrera contra los contaminantes o de reverberadores de la contaminación acústica, así como las situaciones atmosféricas dominantes de cada uno de los puertos, que son esenciales en la dispersión de contaminantes.
Sensores y telecomunicaciones
Las 25 estaciones medidoras cuentan con un total de 250 sensores que reportan datos cada 10 minutos y miden el nivel de contaminación y partículas existentes en la atmósfera, los niveles de ruido y las variables atmosféricas como la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y la fuerza y dirección del viento.
Cada una de estas estaciones dispone de sensores capaces de medir CO, NO2, O3, PM10(**) y SO2, de acuerdo con la normativa vigente, las estrategias de medida implementadas por las instituciones de Illes Balears y de la tipología de contaminantes presentes en los buques.
Cada estación está conectada a través de las redes de comunicaciones GPRS o 4G al centro de base de datos del Sistema de Información Geográfica (GIS) y Teledetectación de la UIB. Allí, se recopilan los datos generados por la red SmartSensPORT, lo que permite realizar el seguimiento de los valores monitorizados y obtener resultados aplicando los modelos de predicción de dispersión y de impacto de los contaminantes sobre las zonas colindantes de los puertos.
Las estaciones incorporan unas alarmas para cada parámetro que se activarán al superar los umbrales o límites máximos por exceso de contaminación ambiental o por ruido, establecidos por la normativa vigente. Todo ello con la finalidad de crear informes e indicadores semafóricos que permitan determinar las actuaciones y las medidas a tomar en cada momento, ya sea de forma gradual o inmediata.