El “Vizconde de Eza” ha retomado sus trabajos después de dos días refugiado en el puerto de Mahón a consecuencia de la mala mar que existía en la costa norte menorquina, donde el viento del Norte sopla con fuerza lo que ha motivado la activación de un aviso de nivel amarillo por fenómenos costero las dos últimas jornadas. El buque oceanográfico de la Secretaría General de Pesca está realizando labores de medición para el levantamiento cartográfico del fondo marino de las aguas territoriales españolas en el entorno de la Isla dentro del programa CAPESME, Cartas de Pesca del Mediterráneo.
El “Vizconde de Eza” tiene capacidad para 35 personas si bien la presente campaña la están llevando 14 tripulantes y cuatro científicos que hacen posible las mediciones realizadas a través de un Ecosondas multihaz, cuyos datos son corregidos por un SIMRAD, que “descuenta” los movimientos del buque. Según relatan el capitán, Miguel Ángel Rodríguez Gomez, y el jefe de campaña José Ignacio Pérez, el Vizconde de Eza ya tuvo que retrasar su salida desde Vigo por las malas previsiones meteorológica. “Salimos el día 1 de febrero, más tarde de lo previsto, y llegamos el 6, hemos estado trabajando bien hasta el martes, pero con el viento soplando tan fuerte, con los patocazos los datos son muy malos” explica Rodríguez.
Y de las prospecciones petrolíferas, ¿qué opinan? “Estamos de acuerdo con ellas y también con el fracking. España parece que es el único país que se alegra de no tener petróleo”, reflexiona Rodríguez. “Nosotros vamos a otros países también turísticos con muchas plataformas, no es incompatible. El litoral da para las dos cosas”, añade Pérez. Después del parón forzoso, el buque oceanográfico retoma sus tareas a fin de completar la cartografía del entorno de las Illes Balears y el Golfo de León, una tarea que compaginan con campañas pesqueras tanto en aguas nacionales como internacionales, en la actualidad en Irlanda y Canadá, y que se ha venido desarrollando en los últimos 15 años.