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Confinado sí, parado no

Ser testigo y partícipe de un confinamiento obligado no debe ser motivo de quedarse de brazos cruzados respecto a la empresa

Difundir el mensaje de que seguimos activos
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Muchas empresas han "desaparecido" de la noche a la mañana y no debería ser así aunque hayan cerrado

En la tienda se tiene un contacto directo con el cliente y allí está el producto. El comercio local ha luchado con uñas y dientes para hacer valer el trato personal como elemento de valor frente a internet y el comercio global a través de un click. Ahora se desmorona la baraja de cartas y muchos pequeños comerciantes se ven desamparados frente a lo que está ocurriendo. Pero de nuevo se repite la consigna; sobrevive el que sabe adaptarse a los cambios.

Con el actual estado de alarma que nos impone la crisis sanitaria, varios expertos del mundo empresarial sugieren no “desaparecer” del mapa por lo que está pasando. Si la puerta del establecimiento está cerrada, no lo está la marca. Las redes sociales aumentan considerablemente ahora su función de comunicación en redes familiares, de amigos o vecinos. Y lo hacen con elementos emocionales importantes. Es posible que no puedas vender, pero sí deberías “existir” en la mente colectiva. Quedar en silencio o resignarse a “no hay nada que pueda hacer” es un error.

Pongamos por caso que la curva que siguen los acontecimientos permite la semana que viene o el mes próximo volver a la normalidad, o al menos a una parte de la normalidad. En ese momento todo el mundo querrá dar a conocer su disponibilidad y airear que la puerta de su comercio vuelve a estar abierta. ¿Por qué habría que dejar de hacerlo ahora?

Si de la noche a la mañana una marca desaparece de los medios de comunicación o de sus redes sociales corporativas y no aporta ningún tipo de información, bien sea de ella misma o de la situación que se atraviesa en la colectividad, los consumidores olvidarán la marca y se fijarán en otras que estén “haciendo ruido”. No hay que malinterpretar eso de “hacer ruido”. Hay que mostrar entereza, adaptabilidad a la situación y sobre todo poner en valor la marca y hacerla visible. Eso conseguirá que esté en la mente de la gente y otorgará más fuerza el día 1 después del levantamiento de la prohibición de salir a la calle.


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