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22.000 barcos “confinados”: los propietarios piden poder visitarlos

Los dueños de embarcaciones recreativas amarradas en instalaciones náuticas quieren velar por su integridad y descartar cualquier tipo de anomalía, desperfecto o siniestro

Barcos en el puerto de Maó.
Barcos en el puerto de Maó.

Desde la instauración del estado de alarma, el pasado 14 de marzo, las más de 22.000 embarcaciones recreativas que permanecen en emplazamientos náuticos de las islas se encuentran, en su mayor parte, sin ningún tipo de atención directa por parte de sus propietarios, los cuales ni siquiera han tenido la opción de desplazarse hasta los puestos de amarre para comprobar si los barcos se han visto afectados por algún tipo de incidencia. Ahora, el colectivo, a través de las asociaciones que le representan, reclama a las administraciones que, a raíz de la progresiva distensión de las medidas sobre confinamiento, se le permita realizar breves visitas de comprobación destinadas a inspeccionar el estado de las embarcaciones.

Los propietarios de embarcaciones recreativas amarradas en instalaciones náuticas de Baleares esperan a que las administraciones les faciliten, en un breve plazo de tiempo, una respuesta positiva a su petición de tener la posibilidad de realizar visitas periódicas a sus barcos con la finalidad de velar por su integridad y descartar cualquier tipo de anomalía, desperfecto o siniestro.

En la actualidad, la vigencia del estado de alarma impide por completo esta opción, y únicamente permite la presencia en las cercanías de las embarcaciones de profesionales que desempeñan tareas relacionadas con la actividad náutica, como mecánicos, pintores y otros perfiles laborales.

En cambio, las actuales normativas excepcionales promulgadas para mitigar la expansión del Covid-19 impiden a los propietarios acercarse a sus barcos, ni siquiera para echar una ojeada y comprobar que no se ha producido ningún tipo de incidencia.

Según ha comentado a mallorcadiario.com el presidente de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo (ADN), Gabriel Dols, las diferentes entidades que asumen la representación de este colectivo han trasladado sus peticiones tanto a los responsables autonómicos como a los representantes de la administración central.

PETICIONES A LAS ADMINISTRACIONES

En el primer caso, la Asociación de Navegantes de Recreo (ANAVRE), la Asociación de Clubs Náuticos de Baleares (ACNB), la Asociación de Instalación Náutico Deportivas (ANADE), y Puertos Deportivos de Baleares (PDBA), además de la organización que encabeza Gabriel Dols, ADN, han hecho llegar estos días pasados un escrito al organismo Ports de les Illes Balears, adscrito al organigrama del Govern.

En el documento, las entidades más representativas del sector plantean la necesidad de arbitrar las medidas necesarias para que las visitas de comprobación puedan articularse de manera ordenada y sin incurrir en ningún tipo de riesgo para la salud pública.

Este es también el sentido de la misiva que el colectivo en su conjunto ha hecho llegar a los ministerios de Interior, Sanidad y Transportes, todos ellos pertenecientes al comité del estado de alarma que realiza el seguimiento diario de la evolución de la pandemia en el conjunto del país y vigila el grado de aplicación de las medidas excepcionales sobre confinamiento y limitación de la movilidad.

EMBARCACIONES DESATENDIDAS

En los puertos e instalaciones de Balears permanecen amarradas más de 22.000 embarcaciones que, desde el pasado 14 de marzo, se hallan, en su mayor parte, absolutamente desatendidas, ya que, como cuenta Gabriel Dols, “no disponen de personal que se encargue de su mantenimiento, y, por tanto, permitir que los profesionales puedan acceder a las embarcaciones no resuelve la situación en que se encuentran la mayoría de los propietarios de embarcaciones. Pensamos que, una vez que ya se han permitido ciertas actividades, es totalmente asumible que el propietario pueda comprobar personalmente el estado de la barca, y que no se generará por esta razón ningún tipo de riesgo sanitario si se aplican las restricciones y los controles que la administración crea pertinentes”.

Hasta el momento, en Balears, no ha habido que lamentar ninguna incidencia grave en los recintos náuticos, pero no está siendo así en todos los lugares. Esta misma semana, dos embarcaciones que permanecían amarradas en el puerto de Valencia, concretamente en la zona de Marina Sud, se han visto afectadas por un incendio cuyas causas concretas está investigando la Guardia Civil. El siniestro no ha acarreado daños personales, pero tanto el velero como la lancha a motor implicados en el suceso han resultado completamente calcinados.

GABRIEL DOLS: “A UN BARCO HAY QUE VERLO POR DENTRO PARA CONOCER SU ESTADO”

Así, por tanto, la pregunta que habría que formularse es si estas embarcaciones corren un riesgo grave al permanecer desatendidas. Según Gabriel Dols, “la mayoría de los propietarios, cuando dejan amarrado su barco, adoptan las medidas de seguridad adecuadas para evitar cualquier tipo de incidencia. Sin embargo, el camino hacia el retorno a la normalidad indica que, para evitar posibles accidentes, sería una buena alternativa permitir estas visitas”.

Ciertamente, los clubs náuticos cuentan con personal absolutamente cualificado que, como apunta el presidente de ADN, “están pendientes de cualquier suceso que pueda afectar a las embarcaciones. Pese a ello, es imposible que puedan saber qué ocurre en el interior de los barcos. Es como un médico que, tal vez, pueda intuir una enfermedad por el aspecto físico del paciente, pero sin una radiografía o un TAC difícilmente podrá perfilar un tratamiento. También a un barco hay que verlo por dentro para saber cómo se encuentra exactamente”.

PROTOCOLO DE SEGURIDAD

Precisamente, la presencia del personal de los clubs náuticos permitiría, como expone Dols, que pudiera “articularse y establecerse un protocolo que resultase de obligada aplicación en estas visitas, asegurando el cumplimiento estricto de las normativas sanitarias, y evitando las aglomeraciones”. En cambio, según indica, “no otorgar el visto bueno a esta acción preventiva, podría derivar, tal vez, en responsabilidades futuras si, por desgracia, se produjera algún incidente grave.

Dols ha insistido en la circunstancia de que una pandemia como la del Covid-19 “exige centrar todos los esfuerzos en el objetivo primordial, que es la protección de la salud de la población y la minimización del riesgo de contagios. Por este motivo, los propietarios fuimos los primeros que asumimos la necesidad de las medidas del estado de alarma”.

No obstante, en su opinión, “ahora se empiezan a dar las circunstancias necesarias para abrir la puerta a ciertas prácticas o actividades, y creemos que la inspección y supervisión de las embarcaciones recreativas por parte de sus propietarios deberían formar parte de las futuras etapas de desconfinamiento”.

LA NAVEGACIÓN DE RECREO, EN LA ÚLTIMA FASE DE LA DESESCALADA

Finalmente, Gabriel Dols se ha referido a la decisión del Gobierno central de situar a la navegación de recreo en la última fase del plan de desescalada, dentro de la previsión aprobada este martes por el Consejo de Ministros y detallada posteriormente por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

En opinión de Dols, esta determinación “no tiene demasiada lógica”, y, a este respecto, confía en que “impere la cordura y se pueda retomar la actividad en fases anteriores” de la desescalada. En esta misma línea, afirma no entender “por qué, si se puede compartir una casa, no es posible hacer lo mismo con una embarcación. De hecho, representa un escenario de más riesgo que vayan varias personas en un vehículo que disfrutar juntos de la navegación al aire libre“.

El presidente de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo considera que en el mundo de la náutica “contar con un buen capitán es la mejor baza que a cualquier persona le puede corresponder en suerte cuando se está a bordo de una embarcación, sobre todo si las circunstancias se complican. Cuando ello sucede, un buen capitán nunca tomará decisiones pensando en sus conveniencias e intereses personales, sino que conducirá a su tripulación y a su barco al lugar más seguro que encuentre. A otros niveles, el planteamiento debería ser idéntico. Creo que en un contexto como el que nos afecta tomar decisiones en base a criterios políticos no es la mejor alternativa. La receta ha de ser aplicar el sentido común, y hacer caso a quienes realmente son expertos”.


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