El grupo ecologista GOB ha anunciado el descubrimiento en varias playas de Menorca de salpas (Salpa fusiformis). Se trata de animales marinos de aspecto gelatinoso y transparente que no deben confundirse con medusas. Son absolutamente inofensivas. Las salpas no tienen tentáculos urticantes y son muy frágiles, por eso se pide que si se encuentra alguno junto a la arena no se la saque del agua ni se le moleste. Los ecologistas advierten que la presencia humana puede estresarlas hasta el punto de morir.
Este organismo que podría parecer extraído de una película de ciencia ficción es un animal que de hecho tiene más semejanzas, evolutivamente, con los humanos que con las medusas. Se trata de un ser filtrador que se alimenta de fitoplancton, pequeñas algas que se encuentran en el mar, bacterias y larvas de otros animales.
Las salpas juegan un papel muy importante en la lucha contra el calentamiento global, ya que atrapan grandes cantidades de CO₂ y lo expulsan en pequeñas pelotas fecales que, al ser más densas, se hunden hasta el fondo marino donde quedan depositadas. Se calcula que una colonia media de salpas elimina 4.000 toneladas de dióxido de carbono en una noche.
Su hábitat natural es mar abierto, por eso raramente se pueden ver en las playas, pero en determinadas circunstancias pueden acercarse a aguas menos profundas. En mar abierto los podemos encontrar de forma individual o formando colonias de miles de individuos que llegan a hacer 1,5 km de longitud.