Se ha eliminado la pared divisoria con la sala anexa. En este espacio se practicaba artes marciales. El tatami destinado a la práctica de judo y karate se ha cambiado de ubicación y la ampliación deja ahora 321 m2 destinados a musculación.
Con esta acción se consigue además cumplir con el distanciamiento social que exigen las normas sanitarias.
A partir del próximo día 6 de julio se reabre este espacio para los usuarios y siempre con cita previa obligatoria y con una duración máxima por usuario de 45 minutos y 15 minutos más para hacer uso del vestuario. La capacidad máxima de personas que podrá utilizar la nueva sala de musculación, de forma simultánea, será de 10 personas.
Asimismo, el monitor responsable de la sala realizará la desinfección del material utilizado y se velará para que se respeten las distancias físicas de seguridad.
La actividad física regular de intensidad moderada tiene considerables beneficios para la salud. En todas las edades, los beneficios de la actividad física contrarrestan los posibles daños provocados, por ejemplo, por accidentes. Realizar algún tipo de actividad física es mejor que no realizar ninguna. Volviéndonos más activos a lo largo del día de formas relativamente simples podemos alcanzar fácilmente los niveles recomendados de actividad física.
Los expertos en salud recuerdan que la actividad física regular y en niveles adecuados mejora el estado muscular y cardiorrespiratorio, la salud ósea y funcional, reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, diferentes tipos de cáncer (como el cáncer de mama y el de colon) y depresión, reduce el riesgo de caídas y de fracturas vertebrales o de cadera y es fundamental para el equilibrio energético y el control de peso.
La insuficiente actividad física, que es uno de los factores de riesgo de mortalidad más importantes a escala mundial, va en aumento en muchos países, lo que agrava la carga de enfermedades no transmisibles y afecta al estado general de salud de la población en todo el planeta. Las personas que no hacen suficiente ejercicio físico presentan un riesgo de mortalidad entre un 20% y un 30% superior al de aquellas que son lo suficientemente activas.
En este sentido, los datos que comparte la Organización Mundial de la Salud llaman poderosamente la atención.
En 2010, a escala mundial, alrededor del 23% de los adultos de 18 años o más no se mantenían suficientemente activos (un 20% de los hombres y un 27% de las mujeres). En los países de ingresos altos, el 26% de los hombres y el 35% de las mujeres no hacían suficiente ejercicio físico, frente a un 12% de los hombres y un 24% de las mujeres en los países de ingresos bajos.
Los niveles bajos o decrecientes de actividad física suelen corresponderse con un producto nacional bruto elevado o creciente. La mengua de la actividad física se debe parcialmente a la inacción durante el tiempo de ocio y al sedentarismo en el trabajo y el hogar. Del mismo modo, el mayor uso de modos de transporte “pasivos” también contribuye a una insuficiente actividad física.
En 2010, a escala mundial, un 81% de los adolescentes de 11 a 17 años de edad no se mantenían suficientemente activos. Las chicas eran menos activas que los chicos: un 84% de ellas incumplía las recomendaciones de la OMS, por un 78% en el caso de los varones.