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Quitarse la sed de forma efectiva

Desvelamos algunas formas de refrescarte sin bebidas azucaradas

Menta o hierbabuena
Menta o hierbabuena
(Wikipedia) El té caliente preparado así resulta un fabuloso refresco

¿Te ha pasado alguna vez que has ido a cenar y después te has pasado toda la noche despertándote para ir a beber porque te morías de sed? En ocasiones los cocineros se exceden con la sal en las comidas, y no siempre es casual. La sal tiene muchas propiedades y, una de ellas, es que nos incita a beber. Algo que viene muy bien a platos a los que se les puede acompañar con bebidas. Una combinación de interés para quien nos sirve la comida y vende la bebida.

Con el azúcar pasa algo similar. Lo de comúnmente denominamos bebidas refrescantes, en la gran mayoría de ocasiones están recargadas de azúcar o derivados dulces. Lo que podría atribuirse a darle sabor al agua (que es lo que realmente debería refrescarnos) realmente se convierte en un potente elemento adictivo. Además, redunda en la sensación de que no nos acaba de saciar la sed, lo que nos invita a repetir. Los estudios apuntan que la relación entre consumo de azúcar a través de las bebidas y la deriva a problemas de salud futuros debidos a la ingesta de azúcar dejan como conclusión que no es recomendable abusar de bebidas refrescantes azucaradas, lo que es casi como decir que, si tienes sed, bebe agua y nada más que agua.

El azúcar (sacarosa) y el jarabe de maíz de alta fructosa contienen fructosa y glucosa que están presentes en la sacarosa como disacárido, y en el jarabe de glucosa-fructosa, como mezcla de los monosacáridos. La fructosa tiene propiedades relacionadas con su metabolismo único, mientras que la glucosa, se cree que actúa estimulando la producción de insulina y las reservas de grasa. Sobre la fructosa los expertos comentan que es un nutriente único debido a su metabolización en el hígado, que provoca la rápida fosforilación (adición de un grupo fosfato a cualquier otra molécula) a fructosa-1-fosfato (un monosacárido derivado de la fructosa).
Con estos precedentes está claro que podemos escoger simplemente agua, aunque con imaginación podemos conseguir que el agua sea más refrescante. En Túnez es famoso su té de menta (realmente hierbabuena) que se toma caliente y que, sin embargo, resulta muy refrescante. Aunque tradicionalmente se toma con azúcar, no necesitamos endulzarlo si lo que queremos es refrescarnos.

Bebidas de agua con unas gotitas de limón ejercen también un gran poder refrescante y no contienen azúcar. En muchos hoteles lo ofrecen a sus huéspedes para que, al pasar por la recepción, tengan un aporte sano, muy refrescante y natural.


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