El 28 de noviembre del año pasado Anna Ferrer presentó el disco Krönia en la Sala Apolo II de Barcelona. Es su segundo disco después de Tel·lúria. Pese a su juventud es una artista de un largo recorrido profesional que comenzó con la formación Salbaida, siendo voz de dos trabajos musicales. En su currículum encontramos muchos nombres propios destacados con los que ha colaborado, así como formaciones de gospel, jazz y folklore. Obtuvo un reconocido premio, el IX Concurso Internacional de folk en Asturias.
Aunque ya ha actuado en otras ocasiones en el Teatre Principal de Maó, por ejemplo en el homenaje a Traginada, ahora será la primera vez que lleva la presentación de un trabajo propio. Para la ocasión intentará generar las emociones que surjan de su música entre el público. Ferrer sigue componiendo y cantando todos sus temas. Aunque tiene raíces que han crecido en el folklore musical de Menorca, no descarta ningún otro tipo de expresión musical y en Krönia se notan esos pasos respecto a Tel·lúria. Las melodías y su voz son los dos grandes valores de partida para dejar marca de su estilo propio fácilmente reconocible entre el público de la isla.
La incertidumbre sobre el futuro es un elemento que a ningún artista le es indiferente. Anna aspira a seguir trabajando para promocionar su disco a lo largo de los escenarios del país, especialmente entre Barcelona y Menorca, que son sus espacios vitales donde ha trabajado y formado. Al menos así espera hacerlo en el próximo año, antes de -quizás- mostrar cómo crece su faceta de artista de la que hay, sin duda, todavía un largo recorrido. Ferrer valora la capacidad del mundo artístico y musical para sacar la cabeza frente a las dificultades profesionales que supone la pandemia. Ahora dedicará probablemente más tiempo a trabajar desde Menorca puesto que la distancia no es un problema.