Las administraciones han decidido apostar por implantar a corto plazo el cierre temporal de los clubes de alterne para atajar las cifras de contagios al alza que actualmente está registrando la pandemia de coronavirus, tanto a nivel nacional como en Balears.
El ejecutivo central -es una petición expresa de la ministra Montero- y el Govern -además de otros muchos organismos autonómicos- son partidarios de paralizar la actividad de este tipo de establecimientos, lo que se traduce en un paso más en la estrategia iniciada con el cierre de discotecas y la regularización de horarios en los bares de copas.
Esta situación afectará a tres negocios que actualmente operan en la isla de Menorca. Uno emplazado en el municipio de Sant Lluís y los otros dos en Ciutadella.
Pisos francos
Sin embargo, durante los últimos años el negocio de la prostitución -tanto a nivel insular como nacional- ha cambiado sus clásicos escenarios. La típica estampa de locales imbuidos en sombras y neones donde se dan cita clientes de todo tipo ha sido sustituida por los llamados “pisos francos”: residencias camufladas –muchas veces son chalets- donde las escorts ofrecen sus servicios.
Solamente hace falta realizar una simple búsqueda por internet para darse cuenta de la proliferación de anuncios referenciados a lo largo y ancho de toda la isla referentes a este tipo de negocios.
Si las administraciones han decidido actuar en el sector para atajar los contagios por Covid aquí también tienen un caballo de batalla, aunque estos negocios son mucho más difíciles de rastrear y controlar.
