El inicio del curso escolar, este año, está lleno de polémica. La Covid-19 lo está poniendo difícil para que comience con normalidad y muchas familias no saben qué hacer. Sin embargo, desde el gobierno nos aseguran que los niños tienen que volver a su rutina escolar. Sin duda la vuelta al cole y la rutina es un buen momento para inculcar a los niños las normas básicas de higiene y cuidado personal, al que este año se añadirán el lavado frecuente de las manos y el uso del gel hidroalcohólico.
Este año, sobre todo, las manos
La desinfección de las manos de los niños es siempre importante, pero este año aún más. Se recomienda que estos se laven las manos al menos cinco veces al día: a la entrada y salida de la escuela, antes y después del recreo, de comida y siempre después de ir al baño, y que lo hagan, a ser , con agua y jabón.
Por lo que respecta al uso de gel hidroalcohólico, la Academia Americana de Pediatría alerta del peligro de intoxicación y hace hincapié en que los padres deben mantenerlo fuera del alcance de los niños menores de 10 años. Y es que su contenido alcohólico es superior a los 60 grados, para que sea efectivo contra el coronavirus, mientras que las bebidas de más alta graduación no suelen tener más de 40.
Otra cosa que debes tener en cuenta es que es mejor no utilizarlo en el caso de niños que tienen por costumbre chuparse el dedo, porque podrían intoxicarse.
A partir de los 10 años, los niños deberían incluir en su mochila escolar un gel hidroalcohólico, para que lo utilicen cada vez que sea necesario.
A lavarse los dientes
Durante un período más o menos largo, en la boca del niño convivirán dientes de leche y dientes definitivos, lo que dificulta la limpieza, ya que las diferencias entre tamaños crean numerosas irregularidades que propician la acumulación de residuos de comida y placa, que puede desencadenar la aparición de caries y gingivitis. Además, ellos suelen «picar» a deshoras dulces y bollería, lo que aumenta los riesgos. Es necesario, pues, que el cepillo de dientes sea el adecuado a su edad y su dentición. Antes de los ocho años un niño suele necesitar ayuda o, como mínimo, supervisión, para cepillarse los dientes.
A partir de esta edad, hay que controlar que se cepillen bien dos veces al día, mañana y noche, durante al menos dos minutos. Y, más adelante, controlar la limpieza también los aparatos de ortodoncia, ya que en ellos se acumula la placa dental. Es imprescindible limpiar el aparato cada vez que se laven los dientes, que en estos casos se recomienda sea tres veces al día, es decir, también al mediodía después de comer, ya que el aparato puede propiciar la acumulación de restos. Un cepillo de dientes eléctrico es muy adecuado en estos casos, evita los cepillados excesivos que pueden dañar el aparato de ortodoncia y, en cambio, garantiza llegar correctamente a todos los rincones.
El momento del baño
A partir de los dos años los niños ya pueden participar en su higiene personal. Eso sí, siempre supervisados por un adulto. El del baño suele ser un momento divertido, de juegos, en el que no sólo se baña al niño, sino también sus juguetes.
En general el baño de los niños pequeños se realiza en una bañera. El agua debería ser próxima a la temperatura corporal (36-38 ° C), lo que hay que comprobar antes de introducir al niño, con el dorso de la mano o el codo. La habitación debe estar caldeada para que el niño no sienta frío ni al entrar ni al salir del agua.
Puedes utilizar una esponja fina o la mano para frotar suavemente al niño, utilizando un jabón para la piel con un pH neutro y sin irritantes.
Después del baño, seca bien al niño. Para ello son muy cómodas los albornoces, que cubren y secan bien, de manera suave y sin necesidad de frotar. Es muy importante secar los pliegues bien (ingles, axilas, cuello) y los genitales.
Cabellos en su lugar
Aunque a cierta edad suelan peinarse solos, hay que estar atentos a sus cabezas, especialmente si manifiestan picores. Los piojos se han convertido en una plaga difícil de erradicar de las cabezas infantiles, ya que se han hecho resistentes a los antiparasitarios y, además, sienten predilección por los cabellos limpios, lo que la ducha diaria suele garantizar. En estos casos es imprescindible el uso de un tratamiento antipiojos y peinar detenidamente con un peine antillémenes. Es la única forma en que los especialistas coinciden en que puede eliminarse convenientemente el riesgo de reaparición. También es conveniente alertar a la escuela para que el resto de padres controlen las cabezas de sus hijos y no persista la plaga.
Es conveniente ducharse y lavar diariamente el cabello de los niños. Si la higiene es diaria, con una enjabonada de pelo es suficiente. No está de más utilizar un acondicionador o un producto desenredante, especialmente en el caso de los niños con el cabello largo.
Si el cabello está enredado, paciencia. Hay que empezar a desenvolverse por las puntas e ir subiendo poco a poco y no dar nunca tirones que puedan cortar el cabello y abrir las cutículas. También es importante secar convenientemente el cabello con un secador a temperatura media y a una distancia mínima de 20 centímetros. Aunque quieran acabar ya, no hay que dejar que los niños vayan a dormir con el cabello húmedo, ya que la humedad es muy perjudicial para el cabello.
.- Este es un artículo de bellezaactiva.com y AMIC para Menorcaaldia.