Las recomendaciones para no acudir al cementerio en el día de Todos los Santos y evitar aglomeraciones que puedan facilitar contagios han surtido efecto en Maó. La imagen del camposanto en un día como hoy es totalmente ajena a la de años anteriores sin apenas gente. En la puerta del cementerio un vigilante controlaba el número de personas en el recinto para evitar que se llegase a 300 al mismo tiempo, pero la afluencia de gente hace muy difícil que se pueda alcanzar una cifra así. Quienes acudieron a honrar a sus ancestros cumplieron con la labor de depositar flores, ordenar las tumbas y tener un recuerdo para las personas fallecidas. |