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“España S.A. no fideliza”

Un artículo de José A. García Bustos

El Rubius.
El Rubius.

Siempre he pensado que los gestores de un territorio, ya sea país, ciudad o Comunidad Autónoma, deberían haber tenido experiencia previa en la gestión privada. Aquí no solo no se exige sino que además se considera incompatible.

No se puede dirigir un país sin haber afrontado tensiones de tesorería, sin conocer el coste de Seguridad Social que tiene un empleado para el empleador o sin haber llevado a cabo acciones de Marketing para mejorar la satisfacción de los clientes actuales o conseguir nuevos.

Al igual que una empresa, un país tiene ingresos, gastos y presupuesto. Su gestión requiere de gestores experimentados que entiendan que los ciudadanos son sus clientes y, como tales, deben tener satisfechas sus expectativas. Son los que tienen que “comprar” la idea de país que se quiere vender aunque no todo el mundo está dispuesto a pagar cualquier precio. Un ciudadano debe pagar impuestos y estar conforme con lo que recibe a cambio porque si no irá a comprar a la competencia.

La ventaja de un país es que todos sus clientes-ciudadanos nacen fidelizados. Nadie quiere irse, ya sea por el arraigo que representan sus vínculos familiares, sus amigos, la cultura, la gastronomía o el clima. Pero si no se trabaja, la fidelidad no es eterna para todos.

Estando todos los ciudadanos fidelizados, conviene recordar una máxima del Marketing que dice que es mucho más barato mantener un cliente fidelizado que conseguir uno nuevo. Pero no es gratis.

En el pasado han tenido residencia fuera de España S.A. en algún momento Arantxa Sánchez Vicario, Jorge Lorenzo, Carlos Moyá o Alberto Contador. Esta semana se ha ido el Rubius a Andorra S.A. Es uno de los muchos clientes-ciudadanos que ya no compran el producto de España S.A. porque consideran que lo que pagan por él es mucho en comparación con lo que reciben. Los que se van no encuentran razonable el precio que se les exige.

Los que acusan de antipatriotismo a los que se van argumentan que hay que tributar en un país porque se reciben hospitales, carreteras y escuelas públicas. Cierto. Pero eso también lo ofrecen otros países.

España, S.A. debe trabajar su Marketing un poco más, al menos en acciones de notoriedad (mejora de la marca España) y fidelización (contentar a sus clientes). También podrían hacer esfuerzos de captación aunque solo fuera para grandes fortunas o empresas pero la competencia le lleva mucha ventaja. Si no se bajan impuestos, al menos se deberían ofrecer contraprestaciones más atractivas. Diferenciación versus precio. Un ciudadano-cliente debe pensar que recibe más (o al menos lo justo) en comparación con lo que paga.

No hay nada peor que ver al Estado como oportunista. Y lo es por naturaleza. Nunca está en las noches de insomnio del empresario cuando no cuadran los números para pagar las deudas, las nóminas o las facturas y siempre está cuando se entra en la senda de los beneficios. Nunca aparece cuando se inunda el local, se va la luz o el viento se lleva parte del tejado y siempre está a la hora de pasar el cazo.

España S.A. debe mejorar el conocimiento de sus clientes y cómo se mueve el mercado de la oferta y la demanda. La segmentación impositiva por la tasa Google pretendía gravar a los gigantes tecnológicos pero ha hecho que Amazon repercuta a las pymes el sobrecoste y éstas a sus consumidores. Al final lo acaban pagando los mismos.

El patriotismo fideliza pero tiene un límite. Algunos prefieren ganarse el calificativo de antipatriota que el de primo. Si España S.A. no mejora su producto o el que tiene lo vende más barato, tras el Rubius se irán los Morenus y los Pelirrojus de turno. Es mejor ganar un poco menos de muchos que mucho de pocos.


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