Era un datos esperado debido al confinamiento por la pandemia, las playas de Menorca recibieron un 29% de usuarios menos en 2020 que el año anterior. La suma del número máximo de usuarios en las 54 playas controladas ha sido de 19.901 usuarios. Son datos del informe anual sobre el uso de playas en la Reserva de Biosfera de Menorca.
La Agencia Menorca Reserva de Biosfera, con el asesoramiento del OBSAM, realiza anualmente un control de uso público durante la temporada estival. Para ello se ha obtenido diariamente el número de usuarios en las playas y del número de embarcaciones. Estos recuentos se han llevado a cabo en las 54 playas más importantes desde mediados de julio de 2020 hasta finales de septiembre. Mediante esta actuación se dispone de los valores del número de usuarios y de embarcaciones cada 15 días para cada una de estas playas.
Aunque las variaciones mensuales en el número máximo de usuarios han tenido una tendencia similar a los años anteriores, con valores máximos en agosto, intermedios en julio y menores en septiembre, se ha obtenido una diferencia máxima entre el año 2019 y 2020 en la segunda quincena de septiembre (descenso del 52%) y menor en la segunda quincena de agotar (descenso del 19%). Si se tienen en cuenta únicamente 21 playas (playas con un seguimiento continuo desde el año 2001) también se obtiene un descenso similar del 27%.
También se han detectado diferencias anuales según el tipo de playa. Las playas de tipo A son las que han reducido más el número de usuarios con respecto al año 2019, un 38% de media, sobre todo a finales de septiembre en que se obtuvo una disminución del 67% con respecto a la año 2019. Las playas de tipo B han tenido una disminución media del 16%, sobre todo en la primera quincena de julio con una disminución del 43% con respecto al año 2019, aunque durante la segunda quincena de agosto se ha obtenido un incremento del 4% con respecto al año 2019. Las playas de tipo C son las que han disminuido menos con respecto al año 2019, un 10%, variando desde la segunda quincena de septiembre en que han disminuido un 39%, pero únicamente un 2% en la segunda quincena de agosto. Los datos obtenidos de las 21 playas seguidas anualmente, han sido similares (playas A descenso del 45%, playas B descenso del 14%, y playas C descenso del 4%).
Al disminuir el número de usuarios, la superficie disponible por usuario se ha visto incrementada con respecto a los dos años anteriores, y el valor medio en las 54 playas ha pasado de 13,3 m2 / usuario el año 2019 a 23,5 m2 / usuario el año 2020. Este incremento de superficie disponible se ha observado en los tres tipos de playas.
La capacidad de carga media (n = 54 playas) ha disminuido este año 2020 con un valor del 83%, menor que el 102% obtenido el año 2019. Se ha podido observar que el valor medio no ha sobrepasado el 100% en ningún mes de los años 2019 y 2020. Al obtener este valor entre los diferentes tipos de playas se obtiene que las de tipo B son las que más sobrepasan el 100%, y que la han sobrepasado tanto el año 2019 (132%) como en el año 2020 (11%). Si obteniendo las medias considerando únicamente las 21 playas que disponen de una serie de datos más larga, se puede ver que desde el año 2010 se han obtenido valores superiores al 100%.
Los datos disponibles muestran que aunque los valores medios se muestran por debajo de la capacidad máxima de las playas, hay una serie de playas que están sobresaturadas habitualmente y que esto ocurre casi todos los años. La modificación de la superficie considerada idónea por usuario (de 15 m2 / usuario a 10 m2 / usuario en las playas de tipo B y C) ha supuesto una variación importante en el número de playas que han tenido sobresaturación, lo que unido a la disminución de visitantes del año por efecto de la Covid-19, ha tenido como efecto que haya menos playas con sobresaturación, pero aun así, este año 2020 ha habido 16 playas sobresaturadas (3 playas tipo A, 9 playas tipo B y 4 playas tipo C).
Las datos de uso público y de movilidad en las playas de la Reserva de Biosfera, obtenidos en los últimos años, aportan suficiente y adecuada información para poder realizar una buena gestión de las playas, lo que con toda seguridad redundará en una mejor conservación de los hábitats, y una mejor valoración de las playas por parte de los usuarios. Las encuestas de percepción de los usuarios llevadas a cabo en los últimos años nos han mostrado una preocupante percepción de que cada vez hay más playas con sobresaturación.
Para el futuro es importante establecer como objetivo disminuir la sobresaturación en algunas playas, y aumentar el uso de las playas con menor uso.