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“El ocio nocturno se ha sentido insultado por la administración pública”

Entrevista a Jesús Sánchez, presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno (Abone)

Jesús Sánchez, tras la entrevista (Foto: Mallorcadiario.com)
Jesús Sánchez, tras la entrevista (Foto: Mallorcadiario.com)

El presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno, (Abone) Jesús Sánchez, desea ser optimista cara a la inminente temporada turística y la progresiva vacunación. No obstante, lamenta que la administración se haya enrocado y no escuche al sector a la hora de buscar vías que permitan abrir locales y establecimientos. Sánchez no entiende que se les siga culpando de los problemas sanitarios que generan las fiestas clandestinas y los botellones y alerta de que si no abren los locales de ocio, los turistas se desplazarán a otros países en busca de diversión. Finalmente, subraya que si no se les ayuda económicamente, aumentará el número de empresas que se verán abocadas al cierre definitivo.

¿Confía el ocio nocturno que con la masiva vacunación el sector pueda abrir esta temporada estival?

Sinceramente, seguimos teniendo una profunda sensación de desconcierto ante las medidas que están adoptando los diferentes gobiernos. Y no solo el balear. Es imprescindible en estos momentos que en un destino como Balears podamos garantizar y asegurar que contamos con unos niveles de contagio mínimos para competir con otros destinos. En otros países van más avanzados y si deseamos tener una mínima esperanza con respecto a la temporada, tenemos que tener garantizado que somos un destino seguro.

¿Como presidente de Abone y tras un año cerrados, no se siente un poco impotente al comprobar que no hay avances?

Hemos vivido situaciones muy complicadas. Lamentablemente, hemos podido constatar la lejanía de una administración que nos tiene encerrados por imperativo legal desde el pasado mes de junio, cuando empezamos con la desescalada, y a partir de ahí nos hemos sentido francamente insultados, si me permite la palabra. Además, hemos tenido que ver cómo en las propias redacciones de decretos y resoluciones se nos señalaba como los principales focos de infección cuando estábamos cerrados, confundiéndonos con las fiestas ilegales, las convocatorias clandestinas y los botellones que sí estaban poniendo en peligro la salud pública.

Tras un año cerrados, seguimos desconcertados por lo que hace el Govern

¿Qué ha influido más en el cierre total del ocio nocturno: la postura inamovible de la administración o los botelllones y fiestas ilegales?

En principio no se nos cerró porque se nos vinculase a estos botellones y fiestas clandestinas, sino porque entendían que nuestra actividad, tal y como la habían conocido hasta esos momentos, era una actividad que podía favorecer según que tipo de situaciones de riesgo. El problema es que en lugar de la negociación, se utilizó la herramienta de la prohibición absoluta para evitar males mayores, es decir, se sacrificó a nuestro sector para intentar garantizar la actividad de otros como restauración o comercios. Por desgracia, nuestro aislamiento no alcanzó los objetivos que se pretendían. Ojalá nuestro sacrificio hubiera servido para aliviar esta situación de contagio con lo que nos habríamos sentido satisfechos. Lo que venimos reclamando desde un principio es que se asfixie de una manera contundente a todas las actividades clandestinas que se desarrollan y, por otro lado, el apoyo y acompañamiento de la administración ante un colectivo que se ha sentido abandonado.

Curiosamente y a falta de otras iniciativas públicas, fue el ocio nocturno el que se puso a la cabeza proporcionando información a la administración sobre las diferentes fiestas clandestinas que se desarrollaban cada semana.

Efectivamente. Es más. Nos hemos encontrado con situaciones realmente rocambolescas. Le contaré que la policía acudió a una fiesta clandestina en finca rústica en la zona de Sant Jordi de Palma donde unos 300 jóvenes estaban consumiendo sin las más mínimas medidas de seguridad. La policía va al juzgado de guardia para conseguir una autorización judicial y poder entrar en esa finca rústica y la jueza de guardia entiende que no se está cometiendo ningún delito en ese entorno cuando, curiosamente, si usted o yo vamos por la calle sin mascarilla, se nos sanciona. Es surrealista la poca coordinación existente entre las diferentes administraciones para terminar con todas estas cosas.

¿Han tenido la sensación de que predicaban en el desierto cuando se reunían con las diferentes administraciones y les solicitaban ayudas ante la crisis por la que atraviesa el sector?

Si, claro. Las ayudas al ocio nocturno parecen más bien limosnas porque hay empresarios pequeños, bares de copas, cafés conciertos y bares musicales que llevan pérdidas acumuladas de más de 60.000 euros. Además, cuando se puede acceder a unas ayudas de 1.500 a 3.000 euros, vemos que las mismas se ofrecen en unas condiciones leoninas pues, además de tener gente en ERTE, tienes que estar al corriente de pago de todas las obligaciones impositivas. Después de 12 meses cerrados por imperativo legal y sin ningún tipo de ingresos, difícilmente conoces un empresario que no tenga deudas con la Seguridad Social o con Hacienda. Y éstos no han podido acceder a las ayudas.

¿Ante esta situación, ven la luz al final del túnel?

Tenemos la necesidad de ver la luz y tenemos la obligación de intentar presionar y reivindicar ante la administración de que no nos pueden dejar abandonados. Sabemos que seremos el último sector en abrir y lo haremos en unas condiciones que nos marcarán ellos para garantizar la salud pública. Lo que no pueden hacer es abandonarnos a nuestra suerte. Hay que recordar que aquí en Balears cerca de 500 establecimientos ya no volverán a abrir sus puertas, pues no tienen ni capacidad ni músculo. Esto para un empresario pequeño, pimes y micropimes que son pequeñas familias que dan empleo a uno o dos trabajadores y que viven de esta actividad, es el fin de su situación tanto profesional como personal ante un entorno muy complicado.

En Balears, cerca de 500 empresas de ocio nocturno no volverán a abrir sus puertas

¿ Cómo se presenta entonces el futuro a corto y medio plazo para las empresas de ocio isleñas?

No quiero ser pesimista y sigo esperanzado en recuperar un poco la actividad. Pero es cierto que el calendario de los acontecimientos no nos permite ofrecer una fecha concreta para poder empezar a incorporarnos a la desescalada. Sabemos que vamos a tener que deshabilitar durante una temporada nuestras pistas de baile, sabemos que conjugar música y consumo es una situación complicada, pero lo que no podemos admitir de ninguna de las maneras es que nuestros establecimientos puedan reconducir sus licencias. Mire, nosotros tenemos partidas presupuestarias en nuestros establecimientos como puedan ser el alquiler que son partidas importantísimas. Además, tenemos que seguir pagando las pólizas de seguros, aparte de los tributos e impuestos. Resulta sorprendente que un sector que está cerrado por imperativo legal, tenga que seguir pagando las tasas de recogida de residuos cuando no generamos ninguno.

¿No temen que si se limitan los horarios, los turistas se desplazarán hacia a otros destinos más benevolentes con el ocio nocturno?

Efectivamente. Este es uno de los grandes problemas. Tenemos que conseguir analizar la situación con los responsables políticos para hacerles entender que el turista que viene a Baleares lo hace por muchos motivos y nadie duda que también vienen por la oferta que tenemos de ocio nocturno. Un ocio que tiene que estar controlado en base al decreto ley que se publicó en el mes de enero antes de que apareciera la pandemia. Este decreto hacía referencia a la normalización del turismo de excesos y lo único que hay que hacer es aplicarlo. Siempre he dicho que no hacía falta un decreto ley de excesos, sino lo que hacía falta era aplicar las ordenanzas municipales.

¿Podrá acceder el ocio nocturno a las ayudas de 1.000 millones del Gobierno?

Pues mire, en base a las declaraciones de la propia presidenta del Govern balear, Francina Armengol, que dijo que al ocio nocturno le quedaba todavía mucho recorrido para poder abrir, no podemos pensar en esa partida de 1.000 millones de euros. Nos hemos reunido con el Ayuntamiento de Calvià y hemos podido comprobar que es posiblemente el ayuntamiento que está actuando de la forma más equilibrada con respecto a la actividad económica y a los empresarios en el sentido de buscar salidas para que se puedan acceder a líneas de subvención a fondo perdido, ayudas a las que incluso pueden sumarse aquellos empresarios que no podían acceder porque tenían deudas.

Entonces, está o no está perdida la temporada turística para el ocio nocturno?

Yo no hablaría de perdida totalmente. Sinceramnete, creo que nuestra actividad, tal y como la hemos conocido, no creo que se pueda ver antes de navidades, eso si todo va bien. Lo que tenemos que hacer es intentar conseguir que nos permitan desarrollar algún tipo de actividad siendo muy prudentes en el tema de los contagios y poder ofrecer a nuestros clientes el ocio que están reclamando en las mejores condiciones posibles. Que esto vaya a ser rentable, no lo sé. Habrá algunos que consideren que abrir con el 30 por ciento del aforo disponible, quitando las pistas de baile, no pudiendo consumir, ofreciendo actividad cultural de música en vivo sin venir acompañada por ningún tipo de servicio de hostelería pues mire, yo no sé a qué empresario le va a salir rentable reconvertirse en un teatro y poniendo 45 sillas en una pista de baile para escuchar a un señor si no le puede ofrecer ni una bebida. Sabemos que nuestra actividad, tal y como la conocíamos, ahora mismo tiene una perspectiva muy negativa pero es cierto que nos tienen que permitir dejar hacer lo que sabemos hacer bien y es divertir a la gente en las condiciones que nos digan.


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