Cuando la Organización de la Naciones Unidas redactó los 17 objetivos de desarrollo sostenible, no aparece la palabra cultura en ninguno de sus enunciados. Pero sí que invita a las administraciones a crear alianzas, a fomentar la sostenibilidad, a generar fórmulas que vayan encaminadas a un mismo objetivo común. Y en el Ayuntamiento de Sant Lluís vuelven a tomar la delantera y se adhieren a una iniciativa denominada Fonart & Agenda 2030 que apunta hacia un modelo de gestión cultural más sostenible y resiliente.
No cabe duda de que el era pandémica ha marcado mucho a este colectivo y desde la administración santlluisera se acogen al objetivo 17 que anima a crear alianzas para alcanzar la sostenibilidad. Es uno de los nueve municipios de Baleares que están en esta apuesta (hay otro más que también es de Menorca).
Según plantea esta idea, la cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
Algunos autores han descrito a la cultura como la gran olvidada de los objetivos que se trazó la ONU pero sí es cierto que hay al menos 11 de los 17 objetivos que están íntimamente relacionados.
En la base de Fonart está la de crear comunidades más sostenibles y un crecimiento económico responsable. Se explica así que quieran proteger y salvaguardar el patrimonio cultural, fomentar un turismo sostenible que cree puestos de trabajo decentes y promueva la cultura y los productos locales, fomentando medidas que garantices la protección del medioambiente.
Entre los objetivos en los que se puede relacionar esta iniciativa están el de Hambre cero, en cuanto que se fomentarían campañas de recogida de alimentos; Educación de calidad, en cuanto que se fomenta la concienciación del público para que primen los hábitos saludables; Energía asequible y no contaminante, en cuanto que la cultura va a generar menos dióxido de carbono atendiendo a medidas más eficientes; Trabajo decente y crecimiento económico, en cuanto que se genera empleo local e impacto en el territorio; Reducción de desigualdades, dando cabida a personas con discapacidad física, sensorial e intelectual e integrándolos en la cultura; Igualdad de género, en cuanto que la programación tendrá una perspectiva equilibrada y los equipos profesionales serán igualitarios; Alianzas, creando nuevos lazos que ayuden a la consecución de la agenda,… y así hasta once diferentes ejemplos.
