Muchas personas que viven en la isla o que llegan de vacaciones aspiran a vivir aventuras en el mar. En muchas ocasiones se nos presenta la posibilidad de navegar con una canoa, un kayak o una piragua pero, aún sin ser una embarcación a motor para la que se requiera titulación, sí es conveniente saber o conocer algunos detalles importantes para que el recuerdo de esta experiencia sea bueno.
Para empezar tenemos que contemplar que la excursión que hagamos la realicemos con alguien que ya tiene experiencia previa. Esto es importante sobre todo para los iniciados. Además de ayudarnos en cada paso, nos resultará fundamental para saber si nos movemos por aguas tranquilas o si nos metemos en zonas no aptas para iniciados.
En el caso de tener algo de experiencia, tampoco hay que confiarse. Antes de mojarnos debemos contemplar algunas cosas como; saber por qué zona vamos a navegar y -sobre todo- conocer al detalle el parte meteorológico. No es divertido salir con un buen sol y que nos pille una tormenta cuando estamos lejos de la costa o de un puerto seguro cercano.
Otro consejo es que sepas nadar, aunque el pueblo esquimal, muy dado al uso de kayaks, no tenía nociones de nado. Por eso crearon el denominado giro esquimal o esquimotaje, una técnica para que si tu embarcación vuelca, puedas por tus propios medios volver a girarla en cuestión de segundos sin ahogarte ni perder el control de la navegación. Aprender estas técnicas y algunas otras de comunicación en el mar son muy útiles, como el uso de un silbato o gestos para informar de diferentes situaciones a otros navegantes. Un sonido de silbato corto indica que quieres llamar la atención de otros navegantes mientras que un sonido largo al mismo tiempo que levantas el brazo con un movimiento de la pala de arriba a abajo significa socorro.
No es ninguna tontería repasar tu equipo antes de salir. Los elementos básicos como chaleco, el propio silbato e incluso modernas bengalas LED para algún caso extremo pueden ser la diferencia entre una buena experiencia o todo lo contrario. No se trata de que cuando necesites algún elemento de seguridad recuerdes que se quedó en el puerto. Tampoco sirve de nada llevar un chaleco si no es de tu talla o si no queda bien sujeto.
Otro gran consejo es que no navegues solo. Incluso el más experimentado navegante puede encontrarse en un aprieto en mitad del mar y, aunque con estas embarcaciones nunca nos debemos alejar mucho de la costa, es conveniente que otros kayakistas nos acompañen para ser el soporte que precisemos en casos de emergencia.
Consultando con un monitor de kayak no ha explicado que antes de comenzar a navegar hay que aprender cómo coger la pala. Para conseguir la posición correcta debes tomar la pala con los dos brazos y llevarla sobre tu cabeza. Los brazos deben tener un ángulo de noventa grados. Las manos deben tener la misma distancia de las hojas y al conseguir esta posición sabrás dónde irán las manos cuando vayas a comenzar a palear.
Para dar las primeras paladas en el agua el cuerpo debe mantenerse recto, no debes apoyarte en el respaldo del kayak mientras paleas. Tus pies deben estar sobre el reposa-pies y las rodillas un poco flexionadas. El torso debe girar. El brazo con el que darás la primera palada estará más bajo, casi estirado. Mientras que el otro permanecerá arriba, más relajado. Al llevar la hoja dentro del agua se empuja hacia atrás, hasta que la mano quede a la altura del estómago. Luego desliza la pala fuera del agua. Al sacar la pala, el torso gira para repetir el movimiento, esta vez con el otro brazo.
Con la práctica se convierte en algo intuitivo. Se deben hacer movimientos amplios y lentos, en lugar de cortos y muy rápidos. ¡Buena navegación!