Hace ya meses que se están anunciando productos que forman parte de lo cotidiano de nuestras vidas y que, presumiblemente, acaban con el temido contagio por COVID. Internet es foco de multitud de noticias que se propagan con gran facilidad y la prudencia siempre debe primar para no hacernos falsas esperanzas. La de la pasta de dientes y de los colutorios como neutralizadores del COVID estuvieron en el saco de las noticias poco fiables. En parte por estar poco contrastadas.
Ahora un equipo de investigación de IrsiCaixa con el respaldo de DENTAID Research Center han publicado en la revista científica Journal of Dental Research sus investigaciones. Y parece que vamos a tener que sacar de ese saco aquellas afirmaciones.
¿Qué se sabe cierto? Pues que el CPC, presente en algunos colutorios, reduce más de 1.000 veces la capacidad de infección de la variante Alfa del SARS Covid 2.
Esto se produce porque el CPC rompe la membrana del virus y así evita que entre en las células.
Con estos resultados, parece probado que se podría disminuir significativamente la carga viral en humanos gracias a este componente.
La investigadora Nuria Izquierdo Useros, portavoz del grupo PISTA que ha encabezado esta publicación, considera que con el desarrollo de nuevas variantes del COVID que tienen la capacidad de transmitirse más rápido entre diferentes individuos, es preciso disponer de elementos que puedan contrarrestar el avance de la enfermedad y el consiguiente colapso de los servicios sanitarios.
Normalmente, las vacunas dirigen su acción contra la proteína de la espícula del virus (“spike”, en
inglés), una proteína necesaria para que el SARS-CoV-2 entre en las células humanas. Es precisamente en esta proteína donde las nuevas variantes del virus presentan modificaciones y, por tanto, podrían hacer que la inmunidad de las vacunas diseñadas en marzo del 2020 se vea comprometida.
No obstante, el personal investigador de IrsiCaixa ha podido confirmar en este nuevo estudio que la
actividad antiviral del CPC no va dirigida a la proteína de la espícula, sino que se centra en desestabilizar la membrana del virus, favoreciendo su ruptura.
Para poder demostrar que estos resultados conseguidos en el laboratorio son extrapolables a personas
con COVID-19, se ha llevado a cabo un ensayo de eficacia CPC-COVID. Actualmente se están analizando los resultados del ensayo, que podrían demostrar que el uso del colutorio y los gargarismos de 1 a 2 minutos son suficientes para disminuir de manera eficaz la infectividad del SARSCoV-2 en saliva, especialmente durante las dos primeras semanas después de la infección, que es cuando la carga viral es más elevada y, por tanto, las personas son más contagiosas. Esta herramienta podría ser útil para frenar la cadena de transmisión y contagios, y prevenir futuras olas.