En estos días vienen los noticieros llenos de titulares que llegan desde Afganistán. La retirada de las tropas norteamericanas ha hecho caer la paz como un castillo de naipes y el espacio de los soldados de las tropas estadounidenses ha sido ocupado por los talibanes que han tomado el control del país sin apenas obtener resistencia.
Una parte del pueblo afgano ha reivindicado su bandera frente a la instauración del nuevo Emirato Islámico obteniendo por respuesta represalias. Otra parte de sus ciudadanos, aún ahora, intenta escapar. El aeropuerto es el escenario principal de la huida de antiguos colaboradores con los países occidentales, sus familias o aquellos que no comparten la estricta moral religiosa y opresiva que aplica este régimen, especialmente contra el sexo femenino.
Hace unos días escuchamos al Alto Representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones Miguel Angel Moratinos en Radio Menorca, reflexionar sobre si se podría utilizar otra forma para hallar la paz que no fuera con una intervención militar como la que desplegó durante todos estos años Estados Unidos.
El presidente Joe Biden argumentó que no quería perpetuar una misión en Afganistán y ahora, tras los últimos atentados en Kabul que han costado la vida a una docena de soldados de su país, apunta a la utilización de los medios que sean necesarios para contrarrestar estos ataques.
Moratinos avanzaba que los métodos para conseguir la convivencia han de llegar por otras vías. Para convencer a los talibanes de que es posible vivir en paz no hay que tomar el camino de la fuerza o la venganza. El factor de cómo se interpreta la religión y cómo se utiliza como excusa para el terror es el germen del fundamentalismo y el desencuentro con buena parte de su propio pueblo y con occidente.
Este martes a las 20 horas, presencialmente en el Ateneo con suscripción previa o a través del canal de Youtube del propio Ateneo, se podrá seguir la conferencia y coloquio posterior sobre “La caída de Kabul; un nuevo mundo”.
… creo que muchos no son conscientes de que eso de la “estricta moral religiosa y opresiva” es lo mismo que tenemos en nuestro propio país, o eso es lo que pretende el estado totalitario teocrático vaticano… pero no lo consiguen, porque la sociedad no se lo permite… tenemos leyes que están por encima de las pretensiones de la apología dogmática religiosa… todos hemos visto cómo -de manera regular- energúmenos del clero sueltan peroratas en contra de la igualdad de las mujeres, sus derechos, y de los grupos LGTBI, sin ir más lejos… todo calcado a lo que ahora tanto criticamos de los talibanes… tanto monta monta tanto, lo que por estos lares no permitimos que se nos suban a las barbas, cosa que sí ha hecho la sociedad afgana, a su pesar… como dice un par de párrafos más abajo, todo depende de la manera en la que se interpreta la religión… y aquí en Europa lo hemos hecho de la mejor manera posible, que es ignorándola por completo.. por eso estamos vacunados contra los talibanes… pobres afganos, rehenes aún de sus creencias…