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Así nos afectan los cambios del tiempo

Cuanto más extremo es el cambio, más nos afecta a nuestra mente

Tanto calor nos afecta
Tanto calor nos afecta
Foto: Pixabay

Pasar calor si sube la temperatura o padecer frío si baja. A día de hoy, con las consecuencias del cambio climático, estas apreciaciones de cómo nos afectan los cambios meteorológicos se quedan cortas. Con el avance del cambio climático, los fenómenos se tornan extremos. Donde antes subía un grado o dos la temperatura media, ahora nos encontramos con veranos como el de 2022 donde se han batido récords continuados de temperaturas altas.

Con calor extremo, nuestra psique no funciona igual de bien. Los síntomas más habituales son los que varios psicólogos han concentrado en cinco puntos.

La falta de concentración es el primero. Si sudamos en exceso y sentimos la necesidad de ventilar el entorno porque hay una alta temperatura, no podemos estar concentrados en lo demás. En los lugares de trabajo donde no se controla la temperatura en la que están trabajando sus operarios se corre el riesgo de que haya mucha más falta de concentración. Eso es particularmente peligroso en los casos de trabajos que revisten cierto grado de peligrosidad. Para estos casos es importante facilitar métodos para que el entorno de trabajo no esté expuesto a tanto calor.

Los psicólogos advierten del aumento de irritabilidad. El carácter de la mayoría de las personas se torna más irascible. La incomodidad en la que nos podemos ver sumidos por el exceso de calor nos hace más vulnerables al entorno y el mecanismo de defensa de la ira nos hace sacar los dientes ante los demás, en la mayoría de ocasiones sin motivos suficientemente justificados.

Situaciones como las que se viven en condiciones de un ambiente adverso (en este caso por el calor extremo) deriva en sufrir ansiedad. Tras la ansiedad se producen muchas situaciones en las que la persona se encuentra mal por la situación que vive.

El cuarto punto que padecemos al vivir en un ambiente extra caluroso es el del cansancio. De manera natural no nos movemos con la misma agilidad en un ambiente con temperatura controlada que en una sauna. Si la humedad es elevada (en Menorca eso se da a menudo) la sensación térmica también en mayor y favorece el cansancio aunque no estemos haciendo ningún ejercicio físico.

A perro flaco, todo son pulgas. Si estamos inmersos en una atmósfera que nos produce todos los anteriores síntomas, también afecta a otras áreas de nuestro cerebro como, por ejemplo, la memoria. Se ha demostrado que nos olvidamos de más elementos e incluso que confundimos aquellas cosas que tenemos que recordar.

Más allá del calor, los cambios bruscos en el tiempo meteorológico tienen otros efectos sobre nuestro cuerpo y, por tanto, sobre nuestra salud y nuestra mente. Dolores relacionados con reuma o artrosis, alergias estacionales o cambios en las hormonas nos tienen (y de una manera cada vez más contundente) a merced de los fenómenos extremos del cambio climático.


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