En el mismo centro de la población, un edificio que está datado a finales del siglo XIX, pedía a gritos una reforma. Había problemas estructurales. Muchas de las vigas ponían en peligro a los funcionarios que trabajaban allí y la virulencia de algunas tormentas recientes habían hecho algo más que desconchar la pintura. Todo el personal del consistorio que trabajaba allí se llevó los bártulos al Saló Verd, el espacio en el que se desarrollan habitualmente los plenos municipales.
Gracias a diversas fuentes de financiación balear e insular consiguieron sumar los 800.000 euros que costaba la puesta a punto del edificio.
Lejos de sustituir vigas o enlucir paredes, la obra ha sido aprovechada para dotar al edificio consistorial de mejores servicios de cara al abastecimiento energético (placas solares y aerogenerador) así como de una red de comunicaciones que hace del nuevo Ayuntamiento, el más moderno y preparado de la isla (y probablemente de Baleares).
El acto del domingo 18 servirá para presentar en sociedad cómo han quedado los interiores. Según avanzaba la alcaldesa Antonia Camps, se ha distribuido mejor el espacio de cada estancia para conseguir una mejor atención a los vecinos y que los funcionarios trabajen mejor. La red wifi no solo llega a todos los rincones de este edificio si no que ha sido un elemento que ha permitido que las redes de comunicaciones del centro poblacional se desarrollen más alrededor de la Plaza de la Iglesia.
Las actuales normativas en construcción en aspectos relativos a sostenibilidad y aislamiento térmico ayudan a que esta administración local reúna todas las condiciones para ser un espacio más eficiente y más agradable en cuanto a regulación térmica. El gasto energético compensado por las más de treinta placas solares que lo coronan permite también poner al Ayuntamiento al día de la mejor gestión de gasto por esta partida.
