El Aeropuerto de Menorca ofrece un distintivo para personas con discapacidades invisibles uniéndose así a otros aeropuertos de la red de Aena que ya cuentan con él. Ya puede solicitarse a través de la web de Aena, tanto en formato digital como físico, y permite al personal del aeropuerto identificar a los pasajeros que lo portan para facilitar y mejorar su experiencia aeroportuaria.
Para ello, se ha formado al personal del servicio de atención a Personas con Movilidad Reducida (PMR), al colectivo de atención al pasajero de Aena y al personal de los filtros de seguridad, con el objetivo de que cuenten con herramientas para tratar a estos pasajeros y evitar la incomprensión debido a que la discapacidad no es evidente.
Esta acción está dirigida a personas que tienen dificultades en entornos estresantes y con mucha estimulación sensorial. El símbolo creado indica que su portador puede necesitar apoyo, ayuda o simplemente comprensión y un poco más de tiempo ante cualquier proceso aeroportuario.
Las personas que lo soliciten podrán acceder con sus acompañantes al control de seguridad dedicado a familias y PMR. En caso de que el aeropuerto no disponga de estos controles específicos, se le facilitará el paso, en la medida de lo posible, en el control de seguridad general.
El distintivo solo será válido para el aeropuerto y el día del vuelo solicitado y no será necesario que el viajero lo lleve de manera visible durante todo su paso por el aeropuerto.
No obstante, aquellas personas con discapacidades invisibles que prefieran realizar el tránsito de manera autónoma, sin portar el distintivo, tienen a su disposición una serie de herramientas dirigidas a facilitar su viaje. A través de la web de Aena se pueden descargar una serie de materiales de apoyo para planificar y conocer de antemano todo el proceso aeroportuario.
Según leo dirigido a “personas que tienen dificultades en entornos estresantes y con mucha estimulación sensorial”.
Tal vez podríamos empezar por dejar de estresar a la gente (a todos) empezando por el agobiante control de seguridad, dejando de machacar con una megafonía insulsa, continuos cambios de puerta de embarque y una falta de espacio en la zona de embarque propiciada en parte por la proliferación de chiringuitos en cualquier rincón del aeropuerto