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‘La arquitectura del beso’ de Karbala

La compañía argentino menorquina de teatro danza ha bailado en el Festival Barcelona en Butoh

La arquitectura del beso de Karbala en Barcelona. Foto Laura Cuervo
La arquitectura del beso de Karbala en Barcelona. Foto Laura Cuervo
La arquitectura del beso de Karbala en Barcelona. Foto Laura Cuervo

La arquitectura del beso de Karbala en Barcelona. Foto Laura Cuervo.
La arquitectura del beso de Karbala en Barcelona. Foto Laura Cuervo.

Aunque hace dos años presentaron ya un fragmento en el festival de París, ha sido ahora, este último fin de semana, cuando la han estrenado completa, y pese a que la versión definitiva sigue en proceso y aún está por llegar. Fue en la Sala Otto y en el marco de la última edición del Festival Barcelona en Butoh que produce desde hace siete años la brasileña Rosana Barra. La obra estrenada, cual ‘performance’ de casi media hora de duración, es ‘La arquitectura del beso’, pieza inspirada en la escultura ‘El beso’ de Auguste Rodin y llevada al teatro danza butoh por la compañía argentino menorquina Karbala, que integran Maica Martínez y Ariel Procajlo.

Ambos bailarines y coreógrafos, argentinos de nacimiento, se conocieron en Barcelona hace unos años, fundando la compañía Karbala en 2002. A su llegada a Menorca para fijar su residencia, en agosto de 2010, continuaron con este proyecto de teatro danza butoh y ellos son los principales artífices de las jornadas de danza, pensamiento y debate Experimenta Butoh Menorca que tuvieron lugar en 2011 y 2013 en Ciutadella. En estos momentos, combinando su dedicación a las artes escénicas y a su divulgación a través de la labor docente, ya están preparando la que sería tercera edición del Experimenta Butoh Menorca, prevista para mayo de 2015 y donde también esperan presentar ‘La arquitectura del beso’ en la isla.

La danza butoh és un género de la danza contemporánea que nació en Japón allá por las décadas de 1950 y 1960, aunando las raíces de las tradiciones más ancestrales japonesas (como por ejemplo el denominado teatro noh o teatro kabuki) pero también recogiendo influencias de los movimientos más vanguardistas de la época, como el dadaísmo, el surrealismo y el expresionismo alemán, y siempre en una búsqueda constante de rebelarse sobre el sistema imperante y de romper con los estereotipos establecidos.

Esta mezcla de tradición japonesa y de vanguardismo europeo lleva implícita no sólo un lenguaje escénico y una técnica del movimiento (que llega lento, expresivo e imaginativo), sino que también conlleva una importante carga filosófica, en el sentido de que por encima de todo está la esencia del ser humano, su desarrollo espiritual y su libertad expresiva.


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