Es pura aritmética. A más personas, más dispositivos móviles. A tecnología más puntera, más infraestructura. Cada plataforma quiere asegurarse un buen servicio en la isla para sus clientes. La orografía insular tiene zonas en las que no es fácil mantener la cobertura. Un mal servicio declina al cliente a cambiar de compañía osea que ahora se refuerza la presencia de repetidores.
La tecnología de internet rural o de telefonía móvil precisan de cuantos más repetidores mejor para que no se corte o se pierda la señal. Muchas compañías destinan varios millones de euros en infraestructura de última generación que retiran al finalizar el verano. Lo que manda es la demanda. Sin embargo, en invierno quedan las antenas, estratégicamente colocadas para no dejar ni un hueco sin cubrir. Las zonas más difíciles son urbanizaciones de ciertos puntos de costa como Son Bou o Cala Galdana. Pero también van avanzado en el ámbito rural.
Según fuentes de Movistar, la inversión es estacional, como la temporada turística, porque la población puede llegar a multiplicarse por tres. Por ese motivo la respuesta tecnológica para atender a tanto tráfico debe estar a la altura.
Trobo a faltar les queixes per atemtat paissagístic dels que sempre es queixen dels projectes de molins i plaques solars. Les torres telefòniques son molt més lletges. És que per ells és més important el mòvil que l’electricitat?