La antigua concesionaria se comprometió a pagar una serie de horas y mejoras salariales que, al momento de llegar una nueva concesionaria del servicio, ha quedado en palabras que se las lleva el viento. En suma, unos cien mil euros de los que ahora nadie quiere responder.
Los trabajadores del servicio de transporte urgente se han cansado de promesas vanas y han presentado un manifiesto a la gerencia del IB Salut en sus oficinas del Hospital Mateu Orfila. Otros compañeros sufren la misma situación en el resto de las islas Baleares. Los ánimos están encendidos y hay serias dudas de quien debe ser el que responda por ese dinero. Los trabajadores recuerdan que son compromisos adquiridos por la anterior concesionaria y que la administración, que concede la explotación de un servicio público a una empresa privada, debería responder subsidiariamente por temas como este, y no dejar colgados a los trabajadores.
Una veintena de trabajadores enarbolaban pancartas exigiendo cobrar lo que se les prometió. Los sueldos los tenían congelados desde 2010 y había complementos que se trabajaron pero no se han cobrado aún.