Red Eléctrica de España (REE) inicia las tareas de recuperación de la zona afectada por el derrame del fluido aislante del cable eléctrico que une Mallorca con Menorca, en la playa de Cala Mesquida, en el término municipal de Capdepera.
Un suceso que tuvo lugar a finales de octubre del año pasado, cuando se derramaron 3.600 litros de un aceite industrial de carácter biodegradable necesario para la refrigeración y el aislamiento eléctrico.
REE, titular de la instalación desde el año 2010 ha presentado un plan de recuperación voluntario de la zona afectada al órgano sustantivo competente, la direcció general d’Educació Ambiental, que consiste en el tratamiento de las aguas subterráneas y la arena in situ, sin que se prevea la aportación de arena de ningún otro lugar.
Este tratamiento se desarrollará por fases: la primera, consiste en el acondicionamiento y instalación de los equipos de tratamiento de las aguas y los suelos y en el inicio de la excavación. Mientras que la segunda fase consistirá en el bombeo y tratamiento de las aguas de la excavación y en el lavado de la arena en una planta compacta. A medida que la arena tenga las condiciones óptimas, que se comprobará mediante analíticas, se irá reponiendo a su lugar de origen.
Durante las tareas de recuperación, que se prevé que estén terminadas el 1 de abril, se tendrán en cuenta una serie de aspectos como la prevención de ruidos, la prevención de contaminación lumínica y la prevención de afección al sistema dunar. Una vez acabada la temporada turística, se iniciarán las actuaciones de mejora del sistema dunar como medida de acompañamiento ambiental definida por las administraciones competentes.
En el momento en que se detectó el escape, REE llevó a cabo las tareas de sellado del cable y se realizaron las actuaciones de emergencia a la playa con la retirada de la arena impregnada y gestionada como residuo. Posteriormente, se llevaron a cabo dos campañas de toma de muestras tanto de agua como de suelos (arenas) para conocer las concentraciones remanentes de este aceite industrial. La primera campaña se llevó a cabo a finales de diciembre de 2016 y la segunda en el mes de enero de 2017. Con estos resultados se confirmaron dos aspectos; uno, que las concentraciones de aceite industrial habían disminuido y que el área de afección se había movido un poco debido a los fuertes temporales de Tramontana y las precipitaciones de los últimos meses y que no existe fase libre en la playa.
Después de conocer los resultados analíticos de las muestras de suelos y aguas, Red Eléctrica llevó a cabo un análisis cuantitativo de riesgos elaborado por una empresa externa acreditada, la cual mostró que el riesgo para las personas era aceptable. Es decir, únicamente sería nocivo para la salud de las personas si se produjera una ingestión masiva de este producto.
(Fuente: Govern balear)