Cuando en los meses de verano cae un chubasco, Maó se colpasa de coches. El centro urbano no está preparado para absorver tanto vehículo y la propuesta es derivarlo a bolsas de aparcamiento en el perímetro de la ciudad. Pero el tema de cómo moverse dentro de Maó es más complejo. No existe una única solución y hay otras acciones a largo plazo que vendrán a completar las que se impongan ahora. Trasladar al calendario estas propuestas que han salido de los talleres de la Mesa de Movilidad es la intención del ayuntamiento.
Años atrás hubo un movimiento social a favor de replantear la prioridad de paso en las zonas urbanas. El vehículo se había hecho omnipresente y suponía un riesgo para la circulación de los peatones. La Plataforma por una mobilidad alternativa hizo su campaña hasta que se sensibilizó a la clase política que fue tomando medidas.
Aumentar la presencia de carriles bici, limitar el paso de los vehículos al centro. Ahora se plantea una continuidad de esas acciones para conseguir que alguien pueda entrar y salir al centro sin agobios ni riesgos, ya sea en coche, en otro vehículo o a pie. Se estudian opciones de peatonalizar más calles, mejorar el transporte público urbano, mejorar la red para ciclistas, crear calles que según el momento puedan ser para el tránsito de vehículos o no y quizás optimizar las bolsas de aparcamiento perimetral.