La plaza de toros de Muro vivió este domingo 7 de diciembre una jornada inolvidable que sirvió de cierre a una temporada decisiva para el resurgir de la tauromaquia en Baleares. Impulsado por Francisco Javier D’Agostino Casado y el maestro Javier Conde, el festival organizado por la empresa Balears Cambio de Tercio confirmó que el proyecto iniciado este año no solo ha devuelto la actividad taurina a la isla, sino que ha generado una corriente de ilusión difícil de contener.
Con un cartel que combinaba matadores consagrados, jóvenes novilleros y ganaderías de renombre, el festejo —estructurado en dos partes con un descanso intermedio— reunió a un público entusiasta que acompañó con calor y entrega cada una de las actuaciones. El resultado final fue de dieciséis orejas y un rabo, un balance numérico que refleja el ambiente de celebración, pero también la variedad de estilos y momentos que ofrecieron los actuantes.
La primera parte del espectáculo comenzó con Manolo Sánchez, que abrió plaza con una faena sobria y cuidada ante un ejemplar de Enrique Ponce, logrando cortar dos orejas. A continuación, Javier Conde desplegó su particular concepto del toreo, firmando muletazos de gran sabor, aunque la actuación quedó en ovación tras una estocada poco efectiva. El mallorquín Gabriel Pericás, una de las grandes promesas del toreo insular, cortó dos orejas tras una labor valiente y artística que confirmó su condición de nombre propio para 2026.
También destacaron en esta primera mitad Félix San Román, que obtuvo una oreja tras una faena de constancia y buen gusto, y Adolfo Suárez, que logró idéntico premio a pesar de un novillo complicado y un mal manejo de la espada. Por su parte, el joven Francisco D’Agostino Vargas, que actuó con solvencia y temple, se llevó dos orejas tras una faena creciente que fue a más en intensidad y conexión con los tendidos.
La segunda parte del festejo mantuvo el nivel con la actuación de Alejandro Fermín, que conectó con fuerza desde el inicio, a pesar de algunos desaciertos con la espada, y fue premiado con dos orejas. Jesús López y Juan Toscano también lograron doble trofeo en faenas donde la entrega superó las dificultades de sus respectivos oponentes. Uno de los momentos culminantes de la jornada fue la actuación de Juan de Palma, que paseó dos orejas y un rabo tras una faena intensa y vibrante que encendió al público.
El broche de oro lo puso Rafel Arrom, quien cerró la tarde con una actuación repleta de actitud y personalidad, coronada con dos orejas. El conjunto de reses procedía de las ganaderías de Enrique Ponce, Monte la Ermita, Cayetano Muñoz, Samuel Flores y 45.50, todas ellas colaboradoras en líneas generales, y bien presentadas para el tipo de festejo.
El festival de Muro no fue un simple cierre de temporada, sino la confirmación del éxito de una apuesta ambiciosa que ha devuelto a Mallorca un lugar relevante en el calendario taurino nacional. La visión empresarial de Francisco Javier D’Agostino Casado, unida al conocimiento y la sensibilidad taurina de Javier Conde, han dado forma a una gestión que apuesta por la calidad, la renovación y el respeto a la afición.
Después de un año marcado por plazas llenas, carteles bien confeccionados y una programación diversa, Balears Cambio de Tercio se afianza como una de las referencias del nuevo impulso taurino en las islas. El festival de Muro cierra así un capítulo brillante, con la mirada ya puesta en 2026, un año en el que el proyecto continuará creciendo, con nuevas metas y el firme compromiso de seguir construyendo sobre bases sólidas, sin perder de vista lo más importante: la pasión por el toreo.