Camí de Cavalls


Esta etapa de Camí de Cavalls tiene todo lo que el senderista puede desear. Los más increíbles barrancos, poblados de tupidos y hermosos pinares, se van alternando con las calas más fotografiadas de todo el Mediterráneo.
Son diez kilómetros de marcha, partiendo desde Santo Tomás, hasta el final de la playa de Binigauss, en el que comenzaremos a conocer los barrancos y las cuevas de Binigauss, Albranca y Trebalúger. Cada recoveco del camino es digno de admiración, pero hay que guardar el aliento para descubrir Cala Mitjana, y su adyacente Cala Mitjaneta. Por supuesto que estas dos calas, tan vírgenes y tan archiconocidas, no van a estar vacías en temporada, a pesar de haber deslocalizado el párking a un kilómetro de la misma, pero igualmente valdrá la pena el verse inmerso en su acogedora y colorida estampa, o darse un chapuzón en sus increíbles aguar turquesas. Entre ambas Calas se encuentra una pequeña cantera en la que el ojo entrenado comprobará la rara estratificación de esta zona, tan eminentemente calcárea.
Como colofón al paseo, el excursionista no dejará de asombrarse al llegar a Cala Galdana, al final del recorrido, porque, de repente, se vuelve a la civilización y el bullício, pero con una luz y unos colores que permiten que el choque sea casi imperceptible. Después de por lo menos cuatro horas de recorrido por el bosque, a más de uno le va a apetecer la cerveza pilsen más fría del universo… y aquí se la va a encontrar.

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