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Tras la falta de viento… una regata espectacular

La salida de la Panerai se demoró una horas, pero luego Mariquita y Moonbeam protagonizaron un duelo inolvidable

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Momento de la regata de hoy (Foto: Bet Rovira)
Momento de la regata de hoy (Foto: Bet Rovira)
Otro momento de la navegación (Foto: martínezstudio.es)
Otro momento de la navegación (Foto: martínezstudio.es)

IMG-20140829-WA0004La flota de la XI Copa del Rey Panerai zarpó del puerto de Maó a las doce del mediodía sin demasiado optimismo. El anticiclón situado sobre Menorca amenazaba con dejar en blanco la segunda jornada de la gran regata de clásicos del Mediterráneo y ni los más optimistas confiaban en que el viento, aunque tarde, terminaría apareciendo, y mucho menos que soplaría por encima de los diez nudos. Pero el comité supo esperar, supo rectificar sobre la marcha antes de aventurarse a dar la primera salida y supo arriesgar. El resultado de esta mezcla de paciencia, pericia y audacia de la organización en el mar fue una regata espectacular para todas las clases, con momentos de auténtica emoción, como el paso de los Big Boats por la Isla del Aire o la impresionante llegada en la rada del puerto mahonés con viento de popa y los todos los spinnakers desplegados.

Los Big Boats realizaron un recorrido largo, de 27,7 millas, en vista de que el viento no amainaba y había muchas ganas de sacarse la espina de la primera jornada. El resto de categorías (Época, Clásicos y Espíritu de Tradición) completaron una travesía de 17,3 millas. El viento de Levante fue de menos a más, desde los seis nudos justos de la salida hasta los 13 que registraba el anemómetro a las cinco de la tarde.

El espectáculo ofrecido hoy por los Big Boats Mariquita (1911), de 34 metros de eslora, y Moonbeam (1914), de 35, será recordado durante muchos años por las personas que tuvieron el privilegio de seguir la regata desde el mar o desde la costa. Navegaron prácticamente juntos desde la salida y llegaron al puerto de Mahón separados por menos de cuatro minutos tras recorrer 27 millas náuticas. Ambos izaron todo el trapo disponible para no ceder ni un metro al rival. El Moonbeam, que se ha convertido en la gran atracción de la Copa del Rey Panerai con motivo de su centenario, terminó imponiéndose por 10 minutos en tiempo compensado a pesar de que el Mariquita, último superviviente de la clase 19 Metros Internacional, fue el primero en mostrar su imponente silueta accediendo a la rada mahonesa, una escena que sólo es capaz de ofrecer la Copa del Rey Panerai.

Albert Kusak y su tripulación del Enterprise (1939) llegaron a Mahón como favoritos, pero en la primera regata resultaron muy penalizados por la escasa intensidad del viento. Hoy fue otra cosa. Navegó casi siempre en cabeza de la flota y se acabó imponiendo en tiempo real y en compensado, con dos minutos sobre el inglés Skylark (1937), de Tara Getty, y tres respecto al Sirius (1936), del italiano Paolo Zaninoni, que, no obstante, conserva el liderato. El yawl del Real Club Náutico de Palma, ganador de la última edición de la regata Illes Balears Clàssics, se coloca segundo, a un sólo punto del Sirius y empatado con el Skylark. El Sonata (1937), de Jordi Cabau, que hoy fue cuarto y ocupa esta misma plaza en la general, mantiene intactas sus opciones de triunfo en la clase Época Marconi.

Chinook es un diseño de N.G. Herreshoff de 1916 que se ha propuesto ganar el Trofeo Panerai Classic Yacht Challenge en la clase Época. Todo apunta a que no encontrará rival en las pruebas que restan al circuito. La superioridad que muestra en el campo de regatas es aplastante. Hoy volvió a ganar en tiempo real y en compensado, con una ventaja de cuatro minutos sobre el Marigan (1898), de Tim Liesenhoff, y es ya virtual ganador de la Copa del Rey Panerai, en gran parte gracias al descalabro sufrido ayer por el resto de sus adversarios, que no consiguieron cruzar la línea de llegada dentro del tiempo límite. Marigan, Ilex (1899), de Germán Ruiz, y Kelpie of Falmouth (1928) navegaron hoy a un buen nivel, pero siempre en la estela del Chinook, cuyo registro de 02:45:22 para una distancia de más de 17 millas, frente a las tres horas y dos minutos que necesito el Kelpie, demuestra que compite a un nivel superior en la clase qu e reúne a los barcos más antiguos de la flota.

El Namib (1967), patroneado por el italiano Davide Besana, se colocó al frente de los Clásicos después de que el Jurado decidiera descalificar al Bufeo Blanco (1963) en la regata del pasado jueves, cuando fue primero. Este fallo, basado en que el barco de Giuseppe Marino compitió con un rating no actualizado en la prueba inaugural, dio un gran vuelvo a la general. El Yanira (1954), una embarcación clásica de 17 metros que ha encontrado los recursos para su supervivencia en el sector del charter y que es patroneada con destreza por Andrés de León, que hoy fue segunda, comparte liderato empatada a puntos con el Namib, seguida del Emeraude (1975). El Stella Polare (1965), de la Marina Italiana, cruzó la línea de llegada, situada en el interior del puerto, pero tuvo que conformarse con la tercera posicion, cediendo diez minutos en compensando al Bufeo Blanco, cuya victoria de hoy, ya con nuevo rating, s&iacut e; subió a su casillero.

El Calima (1970), de Javier Pujol, apunta también a un récord. Ganador de la Copa del Rey Panerai entre los años 2003 y 2011, está a un sólo paso de recuperar su corona. Se ha adjudicado las dos regatas disputadas hasta el momento y, aunque sólo dos puntos lo separan del Lohegrin (1974), de Francisco Bacquelaine, navega siempre en cabeza y con una ventaja suficiente como para estar confiado. El pasado jueves fue el más rápido de toda la flota y hoy completó la travesía de 17 millas para la clase Espíritu de Tradición en 02:46:57, muy lejos de su principal adversario, al que superó en tres minutos tras la corrección de tiempos. Pas Encore (2005) y Tichiy Don (1981) han perdido toda posibilidad de inquietar al líder.


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