Unos 50 menorquines esperan un riñón que sea compatible con su organismo para poder realizar un trasplante que les mejore notablemente la calidad de vida. El dato se dio a conocer esta semana con motivo de la celebración del Día Mundial del Riñón con pruebas gratuitas en catorce farmacias de toda la isla.
Con un simple pinzacho y una gota de sangre se puede uno hacer una idea de si tiene o no alguna enfermedad renal. Y eso conviene puesto que es una enfermedad “silenciosa“. Conviene prevenir siempre. Los malos hábitos de vida empujan a nuevos candidatos a padecer alguna enfermedad y a -quizás- tener que subir casi cada día a Ciutadella o Maó para enchufarse una media de seis horas en las máquinas de diálisis. Estas máquinas filtran el flujo sanguíneo para depurarlo debido a que el sistema renal está inoperativo.
Los pacientes se inscriben en una lista a esperar cuando llegará el riñón que sea perfectamente compatible. Además de las donaciones post mortem, también las hay en vida. Quién tenga dos riñones sanos puede hacer vida también perfectamente con uno.
Cabe señalar que un riñón donado evita las sesiones de diálisis durante varios años a la persona que lo recibe.