Desde 2013 el Centro Penitenciario Menorca acoge sesiones quincenales de ajedrez para los reclusos. El proyecto lo iniciaron José Francisco Suárez Roa, Guillem Simó Bordoy, Xavi Serra Planas y Santiago Escandell Atienza; estos dos últimos, por causas justificadas, abandonaron la actividad pero se incorporó a Juan Cubas Pons. A cada sesión acuden entre cinco y doce internos aunque la media suele ser de siete.
Desde los instigadores del proyecto, que ya se estaba realizando en la cárcel de Palma, se buscaba que los presos pudieran aprovechar las lecciones del ajedrez de cara a la toma de decisiones personales en momentos de dificultad de la vida. Así lo expone José Francisco Suárez en un artículo publicado por la Federación Internacional de Ajederz (FIDE) en su página web.
“La idea que nos llevó a realizar este curso era utilizar el ajedrez como una herramienta de reflexión y toma de decisiones en momentos críticos y así utilizando nuestro querido juego, creábamos situaciones en el tablero que irremediablemente llevaban a la derrota, pero la manera de luchar contra lo inevitable, era el objetivo esencial y al acabar las partidas era fruto de debate y reflexión entre los internos, primero analizando lo que había ocurrido en el tablero y luego intentando llevarlo a situaciones de la vida social.”
El éxito de la propuesta ha llevado a los organizadores a plantearse la posibilidad de crear un equipo federado de internos del Centro Penitenciario Menorca. El proyecto está sobre la mesa aunque aún deben perfilarse muchos detalles debido a la privación de libertad .
Según Suárez, “mientras funcione el CPM intentaremos que allí haya ajedrez, un proyecto que podría ser factible, aunque las necesarias rigideces del régimen penitenciario no lo hacen fácil, sería la formación de un equipo federado en el CPM que participara en la liga menorquina; de modo que durante diez semanas al año los equipos federados de Menorca jugaran en dicha instalación, este equipo debería suponer una aspiración cohesionada de los ajedrecistas internos y un modo de conexión con la sociedad que no debe olvidar su responsabilidad en la reinserción de las personas a las que ha tenido que privar de libertad.”