Según este estudio realizado por la Universidad de las Islas Baleares (UIB) en colaboración con el Instituto Balear de la Juventud y otras entidades insulares, 9 de cada 10 hombres afirman que ven pornografía habitualmente mientras que, en el caso de las mujeres, esta cifra desciende a 5 de cada 10.
La edad promedio en la que los jóvenes de Baleares se inician en el consumo de pornografía se sitúa en 14,65 años y el 24% no cree que tenga ningún efecto negativo.
Así lo revelan las conclusiones del estudio ‘Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales’ incluido en el I Anuario de la Juventud de Baleares, una iniciativa de la Conselleria de Cultura, Participación y Deportes del Govern, el Consell de Mallorca y la Universitat de les Illes Balears (UIB) con el apoyo de la Fundació Guillem Cifre de Colonya.
El 65,8% de los jóvenes de Baleares encuestados se iniciaron en el consumo de pornografía antes de los 16 años y solamente el 4,3% lo hace pasados los 19.
No obstante, los autores del estudio destacan que a pesar del promedio, el mínimo de edad son ocho años, una edad “muy baja” en la que “claramente no hay el nivel de maduración necesario”; y apuntan que “la familiaridad con las pantallas y con las búsquedas en Internet han facilitado esta situación”.
LOS IMPACTOS DE LA PORNOGRAFÍA SON MÁS IMPORTANTES ENTRE LOS CHICOS
Además, el estudio subraya que los hombres son “los grandes consumidores de la pornografía” entre los jóvenes: el 86,9% de los hombres reconoce mirar pornografía mientras que entre las mujeres este porcentaje baja al 54,8 por ciento. Con todo, hay más mujeres que prefieren no contestar (16,8 por ciento de chicas frente a un 5,4 por ciento de chicos) pero los autores consideran que esto no afecta de manera significativa a la diferencia.
El estudio también concluye que los impactos de la pornografía son “mucho más importantes” en los hombres que en las mujeres, tanto por la frecuencia de uso como por los efectos buscados o por las consecuencias sobre las relaciones interpersonales.
Según los autores, el consumo de pornografía “produce impactos destacados sobre la imagen de los hombres y las mujeres, así como un aumento de la vulnerabilidad a las prácticas no normativas o de riesgo, como el consumo de prostitución.
En general, el motivo principal de los jóvenes de las Islas para consumir pornografía es la masturbación (26,4%) seguido de la curiosidad (23,5%), el aprendizaje sobre sexo (14,6%), o porque también lo hacen sus amistades (7,9%).
Además, el 32,8% de los jóvenes de Baleares consume pornografía ocasionalmente, el 7,4% afirma hacerlo diariamente y el 2,2% varias veces al día.
EL 24% NO CREE QUE TENGA EFECTOS NEGATIVOS
Otra de las conclusiones del estudio es que un 24% de los jóvenes de Baleares no cree que mirar pornografía tenga ningún efecto negativo y solamente un 5,6% opina que no tiene efectos positivos.
En cuanto a los efectos negativos, el 15,4% señala el aburrimiento; el 9,1% apunta a que ha afectado a la relación con sus amistades y el 4% a que ha afectado a la relación con su pareja.
El estudio también ha constatado que, en general, el 46% de los jóvenes ha recibido anuncios de ofertas sexuales. De ellos, un 43,4% los ignora, un 0,6% declara que está dispuesto a tener contactos pagados y un 2% ya los ha tenido mediante estos anuncios.
SALUD MENTAL O ACOSO, OTROS TEMAS DEL ANUARIO
El Anuario de la Juventud se ha presentado esta mañana a los medios de comunicación en el Teatre Municipal Mar i Terra y esta tarde se hará un acto público en el que participará el presidente del Consell, Miquel Ensenyat.
Esta primera edición se ha estructurado en cinco grandes bloques: contexto sociodemográfico y normativo; iniciativas de las administraciones; iniciativas de la sociedad civil; investigación y debates abiertos; y el monográfico dedicado a bienestar psicológico y emocional.
En este último apartado, el anuario recoge estudios como ‘La salud mental de nuestros jóvenes’ que detalla que en 2017 un total de 132 jóvenes de entre 14 y 18 años tuvieron que ingresar en una unidad de hospitalización psiquiátrica. La edad media de los jóvenes ingresados fue de 15,9 años y el 72 por ciento eran mujeres.
El consumo de tóxicos estaba presenta en el 28,8% de los casos y el 12,9% presentaba absentismo escolar. El motivo de ingreso principal fue la presencia de conductas autolesivas (53,8% de los casos).
El anuario recoge otro trabajo sobre el suicidio en la adolescencia, que señala como factores de riesgo la depresión o el consumo de sustancias y profundiza en las consecuencias del acceso a las nuevas tecnologías, que en el caso del ciberacoso “permite una exposición casi constante” a la víctima al tiempo que ofrece anonimato al acosador.
Por otro lado, según datos del monográfico ‘Jóvenes y bienestar: situación y satisfacción personal, académica y laboral’, el 41,7% de los jóvenes que dejan los estudios lo hacen simplemente porque prefieren trabajar mientras un 20,4% lo hace por necesidad económica.
En cuanto a emancipación, según este estudio, un 29,2% de los jóvenes reconoce que depende exclusivamente de los ingresos de otras personas mientras un 24,8% dice que depende exclusivamente de los ingresos propios. El 60,6% empieza su primer trabajo mientras estudia y más de un tercio considera que vivirá peor que sus padres.