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AGRAME pide ayudas para retirar los árboles que el cap de fibló derribó

Cree que suponen un peligro de plagas e incendios

Arboles caídos en una de las zonas afectadas por el cap de fibló (Fotos: Ibanat)
Arboles caídos en una de las zonas afectadas por el cap de fibló (Fotos: Ibanat)

La Asociación de Empresarios de Explotaciones Agrarias, AGRAME, ha solicitado que se apruebe una nueva convocatoria de ayudas que sea específica para la retirada de los árboles del cap de fibló que aún quedan en las fincas afectadas.

Por esto se han dirigido al Conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern Balear y a la Presidenta del Consell de Menorca, para “expresarle la preocupación por parte de los afectados de los daños causados por el cap de fibló del pasado día 28 de octubre, por el retraso de las ayudas prometidas y por la necesidad de que puedan ser retirados los árboles caídos por esa causa”. Reconocen que se han llevado a cabo algunas actuaciones urgentes por parte del IBANAT, pero “la mayoría de árboles aún están en las explotaciones, con el consiguiente peligro de plagas y de incendios en la cercana temporada estival“.

En cuanto a los daños producidos en las explotaciones agrícolas, AGRAME lamenta la falta de información sobre la situación de las ayudas prometidas y el montante de los daños producidos, “a pesar de que ya han transcurrido casi cuatro meses del tornado, y que ese dato fue solicitado en un escrito dirigido a la Presidenta del Consell Insular en el pasado mes de diciembre”.

La Asociación considera que la línea de ayudas aprobada por parte del FOGAIBA está insuficientemente dotada (100.000 euros), “lo que desincentiva a muchos afectados presentar su solicitud, a pesar de que existe el compromiso de incrementar la dotación hasta los 2,5 millones de euros”. Además, AGRAME entiende que esa línea “no contempla la situación real de los daños del cap de fibló de Menorca, en donde las actuaciones son mucho más dificultosas por el estado de los árboles caídos o muy deteriorados por los efectos del tornado, lo que encarece su retirada”.

La gran cantidad de árboles afectados, cuantificada en unos 90.000, supone otra dificultad por la reducida capacidad de las pequeñas empresas forestales de la isla para poder acometer los trabajos en el plazo de un año que previene la convocatoria de ayudas.


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