La peor España es esa derecha de España que nunca se atrevió a condenar el crimen franquista con todas las consecuencias.
La peor España no soporta el fracaso, y la peor España está fracasando.
La peor España es la que perdió un 28, y volverá a perder un 26.
La peor España no está perdiendo porque esté rota. Está rota porque la división es el mapa de la derrota.
La peor España no se ha roto porque su tiempo acabara. Su unidad de pacotilla acabó con el tiempo de la España que conocimos.
La peor España eligió terminar cuando aplicó leyes viejas para responder a los españoles que pedían leyes nuevas.
La peor España comenzó a morir cuando prefirió fuerza en lugar de inteligencia contra una Catalunya que le obligaba a pensar.
La peor España no dudó en usar al rey que presumía de España para implicarse contra una parte de España que aún era España.
La peor España grita desde sus escaños para salvar a ese rey del trance de dar la cara ante los líderes de la España a la que amenazó en persona.
Una niebla extraña apagó la luz de la peor España el día tres de un octubre, y ni siquiera su rey se libró de olvidar que volverían las urnas cargadas de vida.
La peor España quiere arrastrar a la España que no sabe elegir primero la libertad, y después todo lo demás.
La peor España ha tardado ochenta años en perder la paz, porque nunca será capaz de ganar sin guerra.
La peor España está confundida, porque ya nadie se la quiere encontrar.
Quizá la peor España es la que vive en el pasado recordando día a día lo que sucedió hace 80 años cuando muchos no habíamos nacido. Quizá la peor España es la que va a hacer escraches a quienes piensan de otra manera. Quizá la peor España es la que hace pintadas en furgonetas de los partidos que no comulgan con sus ideas.
Pero quizá, solo quizá. Porque la sentencia está dictada y da igual lo que es verdad o es mentira, lo que importa es lo que el pueblo crea.
El domingo hay que ir a votar, con memoria histórica pero no histérica, con valores y con reflexión sincera, no con el corazón.
Después no podremos quejarnos y habrá que lidiar con la decisión tomada colectivamente durante otros 4 años, bastante tenemos ya con el desaguisado a nivel nacional, pero si se repite a nivel local y autonómico, todos sobreviviremos a pesar de ellos, los que no comulgamos y no entendemos El Progreso como un veto a todo nos y seremos más creativos para salir adelante y seguir generando empleo para todos, los que piensan como nosotros y los que no.
La peor España es la que sigue defendiendo los asesinatos de la República y robando.