Disponer de una casa señorial en el casco urbano de Maó es un sueño más cercano de lo que parece. La vivienda de las imágenes ofrece todo lo que uno pueda desear en este aspecto: dos pisos, escalinatas blancas, porches, un sótano transformable en bodega y un jardín trasero para vivir la auténtica paz que ofrecen este tipo de construcciones.
Construida en el siglo XIX esta vivienda dispone de una fachada que está considerada como un bien catalogado. En total son 390 metros cuadrados bañados por una gran cantidad de luz natural repartidos entre nueve estancias diferentes aunque su distribución se puede modificar al gusto de los nuevos dueños.