Estamos, pero no existimos. Pagamos, pero no somos decisivos. Tenemos una de las mejores ofertas turísticas del mundo, pero nos seguimos vendiendo como el que vende una escoba voladora de puerta en puerta, con un maletín raído en la mano. Recaudamos dinero con un impuesto turístico que destinamos la mayoría de las veces, a proyectos insustanciales, mientras nuestras calle se llenan de cacas de perro; mobiliario urbano barato y decadente, en mal estado; una oferta comercial cada vez más “made in China”; y un sistema de transporte público que nos ha convertido a todos en adictos incondicionales del coche.
Nuestros representantes en Madrid se representan a si mismos dentro de sus propias filas. Me es absolutamente imposible imaginarme a un mallorquín lanzar las peroratas de Rufián o de un antiquísimo Iñaki Anasagasti, o cualquiera de los discursos de otros nacionalistas en el Congreso de los diputados. Los mallorquines jamás hemos ido a defender en Madrid algo que no sean las consignas del partido al que representan. Es inviable que se salgan del guión: cuando gobierna el mismo partido en España y en Baleares tienen que callar so pena de no repetir en la lista o en el cargo; cuando gobierna un partido distinto vamos a peor porque nos pasamos la legislatura leyendo que estamos reclamando un “régimen especial para Baleares” cuyo contenido nadie fuera de la política, ha conseguido descifrar.
No tenemos partidos nacionalistas en Baleares y por tanto no existimos en Madrid porque nuestros nacionalistas no esperan a estar en Madrid para pactar con el Gobierno central y negociar a saco, sino que pactan directamente con el gobierno de aquí (y así ya no tenemos que desplazarnos) e intercambian nacionalismo por cargos como si de cromos se tratara. No nos engañemos, esto es lo que pasa y por este motivo los votantes “nacionalistas “ de Baleares lo intentan a veces pero desisten en las siguientes votaciones al comprobar que su voto ha ido a parar dónde siempre.
Cierto es también (como mallorquina que soy debo reconocerlo) que la gente de estas Islas es rara. No nos movilizamos prácticamente con nada y de tanto decir que no nos movemos, llega un momento que quedamos totalmente paralizados y a la deriva, por eso nos llevan de un lado a otro los de Madrid, a través de sus representantes de aquí.
Hay un abismo entre ser independentista a secas o saber sencillamente, defender lo nuestro. Nos han sabido confundir perfectamente quienes nos han hecho creer que defender nuestras Islas en Madrid equivale como en el cuento de caperucita, a convertirse en el “lobo”. El pasado domingo, durante el recuento electoral, sentí una inmensa vergüenza, al darme cuenta de que Teruel si existe y si tendrá banda ancha en todos sus hogares (como predecía su programa electoral), mientras Baleares sigue siendo ese suplente que nunca sale al campo de juego y al que nunca nadie quiere en su equipo. !Que vergüenza!
Joana,Das en el clavo y los Balearicos hemos de recuperar la empuñadura de los “Foners” que encabezaban las tropas del Cesar por su espíritu valiente,certero y avasallador…
… pozi