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En pleno confinamiento, los pillos no descansan

Aquellos que timan, estafan o roban, lo siguen haciendo igual (o más) en tiempos de crisis

Ladrón
Ladrón
Nadie pasaba por allí y aprovecharon para robarle

Algo que nos va a dejar el tiempo de confinamiento es ver cómo las mentes de aquellos que se las ingenian para aprovecharse de los demás se muestran ágiles. Los ejemplos son diversos; desde el mundo virtual hubo enseguida quienes proponían supuestas recolectas de donativospara trabajar en favor de poner freno a la pandemia, cuando realmente escondían fines más lucrativos.

Los bulos a través de la red social o mensajería instantánea están a la orden del día, por ejemplo con supuestos pagos del Estado para compensar ERTEs cuando en realidad lo que hacen es captar datos de usuarios e incluso poner en riesgo sus finanzas si comparten cierta información sensible.

En pleno confinamiento, las segundas residencias, hortales y zonas alejadas del mundanal ruido han sido pasto (algunas de ellas al menos) de indeseables visitantes.

Algunas personas han constatado que habían supuestos técnicos de servicios esenciales (haciéndose pasar por la compañía de la luz o de servicios similares) que estaban haciendo una revisión obligatoria, un control o cualquier excusa que les permitiera entrar en un domicilio particular. Algo que ya se había visto otras veces en el pasado a diferencia que éstos se esconden tras una mascarilla y unos guantes, materiales que utilizaría cualquier caco y que ahora son de obligado cumplimiento.

La imaginación de los ladrones no tiene fin y aprovechan el desconcierto de los tiempos que vivimos para sonsacarle dinero o objetos de valor a quienes se descuidan o no son suficientemente precavidos.

En Menorca están sucediendo algunos casos, pero no es de los lugares donde hay más sucesos. De todas maneras, la globalización (internet) es un campo abonado a los desaprensivos y a los inocentes; Peligrosa mezcla.


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