En España existen más de dos millones y medio de funcionarios, desde el sufrido y valiente personal sanitario que ha dado su alma para sacar adelante la crisis sanitaria, a aquellos que se rascan la panza de manera holgada todo el día para vergüenza e indignación de sus propios compañeros. Hay tal hetereogeneidad, que es del todo injusto realizar una catalogación unitaria.
Los funcionarios han hecho esfuerzos durante la primera fase del Covid-19, al igual que los han hecho los demás -cada uno a su necesaria medida-, aunque con una salvedad nada desdeñable como es el de no tener el menoscabo psicológico de temer por los ingresos económicos.
A nadie le gusta que le recorten derechos, y menos que le quiten una subida salarial que debería producirse -supongo que ello acabará en los tribunales-, sin embargo, visto el escenario al que nos enfrentamos a nivel social y económico, éste es el menor de los males, dicho con el máximo reconocimiento y gratitud al trabajo que realizan los funcionarios.
Millones de españoles se verán en el umbral de la pobreza en un espacio inferior a medio año, y la caída al pozo de la recesión sólo se puede paliar en parte con inyección pública.
Por supuesto que no sólo tienen que ser las subidas salariales de los funcionarios los recursos destinados a servir de red para la gran caída en picado que ya estamos sufriendo. Es imprescindible la revisión uno por uno de los gastos públicos así como el aumento de la presión fiscal (por desgracia). Sin embargo, mal a quien le pese, estamos en un escenario en el que, asumámoslo, lo mejor que nos puede pasar es permanecer como estamos.
Todas las personas que están a las puertas de quedarse literalmente en la calle y sin un ingreso ni posibilidad de encontrar trabajo, la polémica por la congelación salarial de los funcionarios les suena a chiste.
Solo comentarte una cosa una persona funcionario, con riesgo restricciones medicas, dio el callo jugandose la vida hasta que enfermo.
Sabes como se lo ha pagado el centro por estar de baja le han metido en un traslado donde no se cumplen las restricciones, medicas, y le dijeron a la cara ya no te necesitamos, cuando la persona la Jefa del departamento trabajaba desde casa como no es un cargo de confianza, mi amigo cayo en una depresión y casi se quita la vida. Así le han pagado por ayudar mieras la jefa y el político de turno trabajando desde casa. A lo que trabajaron desde casa es quienes les tendrían que descontar, no a los que han caído enfermos, putear,