La segunda edición del Premio de Teatro Breve Orfeó Maonés reservó una sorpresa para todos. El público que se congregó este sábado pasado, coincidiendo con el Día Mundial del Teatro, en el patio de butacas esperaba conocer el nombre de los ganadores de esta segunda edición de un premio en el que el Orfeó buscaba textos inéditos, cortos y fáciles de llevar a escena, con los que re-editar el éxito de las Jornadas de Teatro Breve que se hicieron en un 2020 difícil.
La respetuosa onomástica del Orfeó, con 135 años a sus espaldas, tenía que desarrollar actos festivos entre los que se incluía la novedad de un premio de teatro propio. Se hizo, aunque en las fechas del calendario en las que estaba permitido.
Este año, la segunda edición, alargó un tiempo extra para que los creadores pudieran presentar sus trabajos y el sábado pasado se desveló el podium. Dos accésits y tres finalistas.
Destacando el trabajo del jurado que repasó las obras presentadas señalando de manera positiva la gran mayoría de las propuestas puesto que contemplaban diversos recursos teatrales bien planteados. La originalidad también se tuvo en cuenta. Al final, algunos finalistas presentes y otros que participaron a través de una conexión de videollamada puesto que participaron desde fuera de la isla.
El fallo destacó a Isabel González como la mejor. La presentadora del acto del Día Mundial del Teatro, María Cubas, junto a la presidenta de la entidad Lali Olives, preguntaron a la ganadora si querría ver representada su obra en el Orfeón y cómo, es decir, con qué dirección y actores. González confirmó que le encantaría ver representada su obra sobre ese escenario, aunque sin saber aún bajo qué dirección o actores podrían formar parte del elenco que le de vida. A final de mayo, si nada tuerce de nuevo los calendarios por el tema de la pandemia, se celebrarían las Jornadas de Teatro Breve.
La sorpresa para todos llegó tras la pregunta ¿qué harás con la dotación de 500 euros del premio? a lo que Rodríguez dijo que dedicaría ese dinero a la compra en establecimientos locales de todo tipo de producto que haga falta para la población más necesitada.
A tal efecto, aprovechando la presencia del delegado de Cruz Roja en la Asamblea de Maó, Arturo Bagur, formalizó simbólicamente el compromiso de destinar estos fondos a Cruz Roja para que se beneficien tanto las familias que lo están pasando peor en tiempo de pandemia así como el que repercuta en un gasto dirigido a comercio local, que beneficie al tejido empresarial de la isla.
… bravo por la autora… por destinar el premio a otras personas que lo están pasando algo peor, por emplearlo para dinamizar el comercio, que éste sea producto local, y hacerlo a través de la Cruz Roja y no las organizaciones dependientes de sectas religiosas… bravísimo plas plas plas