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Sistemas de venta directa y piramidal; dos casos distintos

Aclaramos las diferencias entre una forma de vender y hacer negocio y otra forma de enriquecerse ilícitamente

Tengo algo para vender
Tengo algo para vender
Foto: Pixabay

El debate de los cambios que se producen en el mercado de la compra venta de artículos y bienes de consumo está a la orden del día, en buena parte impulsado por los cambios que se producen por culpa de internet. Hoy hay muchos canales de venta más allá de la tienda tradicional.
Uno de ellos, que no precisa una tienda física, es el de venta directa.

La venta directa y multinivel es un sistema legal regulado en España por la Ley de Ordenación del Comercio Minorista. Es la forma más sencilla y menos costosa de montar un negocio hoy en día.

La Venta Directa es una industria en continuo desarrollo. Ni siquiera en tiempos de crisis ha dejado de crecer. Los países con más tradición en venta directa son Japón, Estados Unidos e Italia.

Su particularidad es que la venta se hace directamente al consumidor, normalmente mediante la demostración personalizada por parte de un representante de la empresa vendedora.

Quien se anima a participar tiene una gran autonomía e independencia puesto que lo considera su negocio y, por tanto, solo uno mismo pone los límites (horarios, esfuerzo, objetivos). Muchas compañías muy conocidas en el ámbito de electrodomésticos para el hogar, maquillaje y belleza o complementos alimenticios trabajan desde hace décadas con este sistema y con un relativo éxito.

La posibilidad de organizar a conveniencia los horarios, totalmente adaptable a las necesidades de cada cual, se convierte (si se planifica bien) en mayor calidad de vida.
El 75% de las personas que trabajan en el sector son mujeres y no se precisa ninguna experiencia previa.

Además, la inversión inicial es mínima. Esto implica un gran contraste con las franquicias y otras oportunidades de inversiones de negocios que exigen gastos sustanciales y exponen al inversor a un gran riesgo de pérdida.

Experiencias con sistemas denominados piramidales han sido ejemplo de estafas o timos a lo largo de la historia en diferentes países, siendo fácil para quien no sepa detectarlo a tiempo, algo que se confunde con la venta directa. En economía se conoce como esquema piramidal a un esquema de negocios en el cual los participantes tienen que recomendar y captar (referir) a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales. Se requiere que el número de participantes nuevos sea mayor al de los existentes; por ello se le da el nombre de pirámide. Estas pirámides son consideradas estafas o timos y se conocen por muchos otros nombres populares, tales como timos en pirámide, esquema multinivel, nubes, fractales, flores o círculos de la plata.

En Argentina, cobijadas bajo la apariencia de una asociación feminista, se creó El Telar, que engañó a las participantes quedándose con su dinero.

En Chile fue conocida la estafa de los Quesitos, donde un supuesto negocio muy rentable resultó ser únicamente la ocasión de que unos pocos se enriquecieran con el trabajo de una red de personas dispuestas a conseguir beneficios de su labor.

Los casos más conocidos en España son los de las células de la abundancia o, en otro nivel, el caso de Fórum filatélico.

Uno de los elementos que más define una estafa por sistema piramidal es la promesa de ganar mucho dinero en poco tiempo o con poco esfuerzo pero, para poder optar a ello, hay que desembolsar primero una cantidad relevante de dinero.


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