Se trata de una de las propuestas que becó el IME el año pasado y que ya ha empezado a trabajar estos días con aves que se encuentran en el Centro de Acogida de Fauna Silvestre del GOB en Menorca.
La relación entre la pérdida de la biodiversidad a consecuencia del cambio global y la transmisión de enfermedades es lo que está en juego en el proyecto “Diversidad y posibles impactos de los ectoparásitos sobre las aves de Menorca”, bajo la dirección de Carlos Barceló Seguí, profesor del Departamento de Biología de la UIB. En concreto, se estudia la transmisión de patógenos por parte de insectos ectoparásitos (garrapatas, determinadas moscas, mosquitos y Culicoides) en diferentes poblaciones de aves de Menorca, para determinar los posibles cambios en los patrones de transmisión de enfermedades de estas aves.
Los parásitos externos de aves incluye un grupo variado de artrópodos, algunos de ellos muy específicos de cada especie de hospedador. La mayoría están ligados a animales silvestres de vida libre y entre ellos las gallináceas. La domesticación y la cría en explotaciones familiares favoreció el contacto entre los animales de la misma especie y con ello el incremento en su prevalencia. La cría industrial con su métodos de producción ha disminuido o incluso eliminado muchos de ellos en las explotaciones modernas aunque algunos de estos parásitos, con gran capacidad de adaptación, se han convertido en verdaderos problemas sanitarios y económicos en la avicultura actual. Cuando el estudio se centra en especies silvestres, como es el caso, ayuda a conocer la incidencia en las poblaciones locales o visitantes y, así, establecer una relación entre las consecuencias del cambio climático (con un aumento de la temperatura global) y la presencia de ectoparásitos en las aves.
Los diferentes tipos de parásitos (piojos, garrapatas, sarna o ácaros) tienen un comportamiento diferente. En la mayoría de ocasiones no provocan problemas serios de salud a su huésped. Conocer el comportamiento de estos parásitos, su transmisión y prevalencia puede ayudar mucho a la comprensión de cómo está afectando el cambio climático a la población aviar e, incluso, al entorno natural donde viven estas aves.