Una vez más la Fundación GADESO cuestiona a los habitantes de las islas en relación a qué tipo de cuestiones nos quitan el sueño. Son las preocupaciones más destacadas de los isleños y esta vez han considerado un elemento que nos ayuda a entender porqué no todo el mundo opina igual; la clase social a la que perteneces.
La clasificación abarca a todos los colectivos partiendo de aquellas personas que son parados de larga duración o jóvenes sin formación al extremo opuesto donde encontramos a grandes empresarios o altos directivos. Un mismo problema puede ser visto (y en efecto es así) de manera muy dispar.
En el top 5 empezaremos por la desigualdad social. Precisamente es la distancia que separa la condición vital de los ricos y los pobres, los bien posicionados de los que se están quedando atrás lo que lamentan un 27% de la población de las islas. Aunque como es fácil de entender, esto es algo que apenas tiene importancia para quien está con su situación saneada y, sin embargo, tiene a una gran mayoría (un 64%) de las personas de clase social baja muy preocupados puesto que no están allí por gusto.
En la posición número 4 está el acceso a la vivienda. Un 39% de los isleños somos conscientes de este problema y, una vez más, vemos cómo se polariza el resultado según la clase social. Las clases sociales altas se muestran un 19% sensibilizadas por este tema mientras que los que se muestran más afectados y críticos por esta situación son las clases sociales bajas que llegan al 56%.
En el podio número 3 está el paro. No tener trabajo preocupa a un 47% de los ciudadanos, casi la mitad del total. Al desgranar este resultado vemos que sólo a un 30% de los bien situados socialmente les preocupa frente a quien tiene más necesidad: las clases sociales más bajas suben esta preocupación hasta un 71%. Tener o no tener trabajo es uno de los elementos básicos que puede hacer cambiar (y mucho) las perspectivas presentes y futuras.
Muy relacionado con el punto anterior llegamos al número 2; la inestabilidad laboral. Tener un trabajo, como dijimos, puede ser muy importante pero, ¿de qué sirve si con ello no podemos satisfacer nuestras expectativas vitales básicas? El 51% de la ciudadanía ha situado a esta preocupación en segundo lugar del ranking pero la diferencia entre clases sociales altas y bajas ya no guarda tanta distancia; altas (38%) y bajas (64%).
Llegamos a la primera posición y corresponde a la situación económica. Un 62% del total de ciudadanos encuestados coincide en que tener o no tener recursos económicos en el bolsillo es lo que más les quita el sueño. Veamos qué pasa cuando lo comparamos por clases sociales; las clases más altas consideran que es un tema preocupante (52%) aunque las clases bajas aún más (72%).
Otras consideraciones: De cara al futuro, las clases más acomodadas (alta y media-alta), se muestran significativamente más confiadas en la recuperación que las más desfavorecidas (baja y media-baja), sin embargo no se observa un estallido de confianza y la gente tiende a mostrarse cautelosa a la hora de pronunciarse sobre la recuperación.
Las percepciones sobre cómo se gestiona desde el Gobierno Balear de Francina Armengol son algo más positivas que cuando se cuestiona sobre el ámbito estatal. En general hay más optimismo por parte de las clases sociales más altas que las bajas, que se muestran mucho más prudentes respecto al futuro. No hay la percepción de que la temporada 2022 vaya a significar una situación económica mejor para las familias que oyen hablar de recuperación pero, a la par, ven cómo el coste de la vida, los precios de los carburantes, de la energía y otros está muchísimo más alto que años atrás.