La situación socioeconómica que vivimos hoy en día es de incertidumbre. Cualquier economía familiar lo sabe y se da cuenta cuando tiene que hacer artes malabares para llegar a final de mes. Resiliencia a la fuerza. Las medidas ya se han activado en el Gobierno Central con la rebaja de 20 céntimos por litro en los combustibles y pronto se han puesto a mover ficha también en el resto de administraciones.
En el caso del Consell Insular de Menorca la directora insular de economía Pilar Pons Goñalons explicaba en Radio Menorca esta semana que se van a incrementar las ayudas al tejido empresarial de manera que la horquilla de ayudas llegue también a todo el tejido productivo. Este tipo de recursos que pueden suponer un impulso necesario a la economía local se van a duplicar respecto la última convocatoria. Los presupuestos de la primera institución menorquina se adaptan así a la realidad de las dificultades que se están dando en este 2022.
Las buenas perspectivas de trabajo en el sector turístico podrían ayudar a devolver cierta alegría a los balances pero eso no se podrá saber hasta que haya pasado el verano, de manera que las ayudas es importante que estén disponibles antes.
La redacción de las bases para estas ayudas, reconoce Pons, va a ser complicada pero incluso habrá partidas para pequeñas inversiones que den un soporte a iniciativas productivas que repercutan en positivo en el desarrollo económico de la isla.
En los momentos más difíciles de la pandemia, la puesta en marcha de varias líneas extraordinarias de ayudas acudieron en ayuda de los más necesitados. Los planes urgentes y puntuales son un colchón momentáneo e importante para responder a una determinada situación.
Tras la experiencia de estos años de pandemia, ahora se preparan acciones similares pero adecuadas a esta nueva circunstancia en la que el objetivo es evitar el empobrecimiento de la sociedad menorquina y ayudar a las economías y los perfiles sociales más sensibles a la inflación.
Todos sufrimos y apretamos el cinturón, todos menos la casta política y su caspa endémica… Empecemos por reducir cargos públicos y de confianza en vez de sangrarnos. Que suerte tienen los políticos españoles de lo pacientes que somos, pero todo tiene un limite