La educación financiera es un aspecto cada vez más importante en la vida de las personas. Vivimos una inflación que ha superado los dos dígitos, hay falta de materias primas, una guerra que ha subido los precios del gas hasta cotas inimaginables y una subida de tipos de interés que no se veía en décadas.
Por ello, la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF), una institución española que se dedica a ofrecer educación financiera en la modalidad de asesoría objetiva de acuerdo con los criterios de la OCDE, quiere recordar lo importante de estar bien formado sobre el dinero y las finanzas.
Según una encuesta de ING Direct, el 62% de los españoles no entiende bien la documentación hipotecaria, siendo España un país en el que el 76% de la población ocupa viviendas en propiedad. Pasa algo parecido con los contratos de trabajo, impuestos o la nómina. Es decir, los españoles no conocen todas las vicisitudes de las operaciones que rigen su economía en el día a día.
Esto es algo grave, ya que hay diversos estudios que demuestran que, a más educación financiera, se vive mejor. Es decir, las personas saben más acerca de lo que rige su vida (el dinero) aumentan hasta un 20% su patrimonio, tienen menos estrés por el dinero, consiguen ahorrar más y cumplir antes y mejor sus objetivos vitales.
Esa es la razón por la que la AEPF quiere dar unos consejos para ahorrar mejor, especialmente en esta época de espiral inflacionista:
1.- Elabora un “plan” financiero personal. Antes de decidir qué parte de los ingresos destinaremos al ahorro es clave decidir para qué necesitaremos ese ahorro en el futuro. A esto en planificación financiera le llamamos definir los objetivos vitales.
2.- Elabora un presupuesto anual: aprovecha que estamos cerca del final de año para realizar una cuenta de resultados de los ingresos y gastos hasta la fecha y haz una proyección de lo que gastarás hasta final de año. Después realiza un presupuesto anual para 2023 y divídelo por meses. Con ese presupuesto delante decide qué parte de los ingresos debes destinar al futuro, para realizar los objetivos vitales, y que parte al presente, a los gastos en el año. En esta herramienta es donde se plasma que parte de los ingresos decides destinar al ahorro y que parte al consumo, y la clave del “ahorrar mejor” está en tener objetivos que realizar, esa es la mayor motivación que podemos tener para ahorrar, y no un % u otro como algunos creen o recomiendan.
3.- No te olvides de crear un fondo de emergencia: las desviaciones negativas del presupuesto anual se cubren con el fondo de emergencia, y éste se hace a principios de año. ¿para que sirve? Para las desviaciones en el gasto provocadas por la inflación, como sucede este año, o para cualquier otro imprevisto doméstico. Este fondo se ha de dotar, según los estándares de calidad, con un importe equivalente a tres meses de consumo, así de simple, esa es la cantidad ideal.
4.- Optimiza los recursos que destinas al ahorro: el horizonte temporal es la clave para maximizar la rentabilidad los ahorros sin arriesgar el capital. Primero crea un fondo de liquidez y reserva para afrontar imprevistos pequeños y no tan pequeños en el corto plazo, y después el resto inviértelo respetando el tiempo mínimo de inversión y valora qué riesgo puedes asumir, porque en función de estos parámetros la rentabilidad batirá o no a la inflación.
5.- Invierte en tu educación financiera y en herramientas para realizar tu planificación: la mayoría de las personas manifiesta que no ha tenido oportunidad de formarse o qué la formación recibida no ha generado los resultados esperados. El motivo es que hasta ahora la educación financiera se ha basado en la alfabetización y eso no es suficiente, o tal vez se ha asistido a formaciones muy orientadas a productos, que sin un plan financiero personal no producen los resultados deseados. La solución es formarse para realizar el plan financiero personal, adquirir las herramientas y habilidades para llevarlo a cabo y aprender a relacionarnos con los intermediarios financieros.