El poderoso lenguaje de la dramaturgia. La poesía de los colores y el movimiento. La narrativa de las emociones y los sentimientos. La elegía de la soledad, de la nostalgia, de la vulnerabilidad y de la incomprensión. La epopeya de la alegría y la libertad. La crónica certera e inspiradora de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Bajo un sol radiante mientras sopla el viento o en la calidez del Teatro Principal, todo eso es “Fragile 2.0”, pero también el resto de espectáculos que integran el Festival de Teatro Infantil de Maó, cuya undécima edición ha llegado esta tarde a su ecuador con la producción de Labú Teatre, todo un despliegue de movimiento y poética visual al servicio de la reflexión a cargo de Anna Ros y Andreu Sans, que ha conmovido al público. Antes el centro de Maó había vivido sendos pasacalles -Traps, de la compañia Efímers-, uno por la mañana y otro por la tarde, que han llenado de color y animación las calles, como lo han hecho las butacas del Principal a mediodía con “Bungi, la petita coala”, una historia tan tierna como su marioneta protagonista. Un millar largo de personas han disfrutado a lo largo de la jornada de esta cita, ya ineludible en el panorama cultural de Menorca, y que apunta a nuevo éxito. Jornada de domingo y más allá El XI Festival de Teatro Infantil con dos sesiones de “El follet blavet”, de Estudi zero Teatre, una a las 10 y otra a las 11:30 horas, espectáculo que llegará a las escoletes lunes, martes y miércoles próximos; y otra de “La màquina de Ruber Goldberg”, de Nacho Diago, a las 12:30 horas, compañía que llevará otro espectáculo, “Màgia d’aprop”, al Centro Carlos Mir y al Geriátrico de Maó, el lunes.
|